15: 15 de Marzo

561 57 13
                                    

╰☆╮

Enero y Febrero pasaron en un abrir y cerrar de ojos, sin pena ni gloria incluso cuando el día de San Valentín tuvo a Luca especialmente nerviosa —al final no pasó nada fuera de lo normal—; sin embargo, Febrero resultó siendo un mes más. Los proyectos y exámenes dejaron a Luca exhausta, quien para finales del primer parcial apenas si dormía, pero por ahora podría relajarse un par de meses más.

Su amistad con Miles seguía intacta a pesar de los sentimientos que siempre mantenía ocultos en medida de lo posible: seguían saliendo de vez en cuando los fines de semana, las sesiones de estudio seguían tomando lugar en la biblioteca a pesar de que ya no eran tan frecuentes; cuando no había mucha tarea —y Miles no tenía que estar salvando la ciudad—, el par de adolescentes se dedicaba a nada más que acompañar al otro. A veces dibujaban juntos, Luca en el sketchbook que Miles le había regalado y el previamente mencionado utilizaba su confiable libreta de siempre, aunque en una ocasión Luca terminó descubriendo uno de los dibujos de Gwen que permanecían en sus páginas, pero la pelinegra optó por fingir no haberlo visto. 

También eran grandes fanáticos de escuchar música juntos. Luca incluso compró unos audífonos alámbricos de chícharo para poder compartirlos con el moreno, quien todos los días le enseñaba una canción nueva y viceversa.

Era un ritmo pacífico y sin sobresaltos... o al menos eso es lo que a Luca le gustaría poder decir.

Lo cierto era que había algo que sí había cambiado en el comportamiento del muchacho, pues su nivel de ausencias y retrasos parecían ir en aumento. Era como si el crimen despertara conforme las temperaturas ascendían y el clima se volvía más cálido.

¡Incluso hubo un día en que luchó contra dos enemigos distintos!

Para Miles, la carga de tener que ser héroe, amigo, hijo y estudiante se volvía cada vez más pesada.

Por su parte, la muchacha ya había preguntado en más de una ocasión las razones detrás de las desapariciones repentinas de Miles ya que estas ya no se limitaban solo a los días laborales, sino que también hubo veces en las que el muchacho no llegó a las salidas que habían planeado, pero Miles siempre respondía con cosas incoherentes que levantaban las sospechas de Luca y disparaban las alarmas dentro de ella. 

Aquél comportamiento le recordó de más de una forma al de Griffin —quien rara vez daba señales de vida—. Luca sabía que ninguno de los dos le estaban diciendo la verdad, y ella odiaba la sensación vacía que ese hecho le generaba. 

Creía entender a su madre cada que se preocupaba por ellos.

La décimo quinta primavera de Luca estaba a la vuelta de la esquina, pero eso no le entusiasmaba a la chica. 

—¿Luca? — La voz de Eric al otro lado de la línea la sacó de su burbuja.

—Sí, aquí sigo —. Respondió en señal de que seguía escuchando a su amigo. Tomó la libreta que hasta ahora seguía en blanco sobre su escritorio y la cerró, apartándola de su vista al darse cuenta de que no iba a poder escribir un ensayo sobre la crisis económica chorro mil de quién sabe qué país.

—Entonces, te decía... ¿ya te enseñaron sobre la teoría multiversal?

—¿La de que existen infinitos universos en el que habitan las infinitas posibilidades? ¿que todo está en todas partes al mismo tiempo?

—Sí, justo esa.

—Sí, fue de los primeros temas que vimos —. Asintió al hacer memoria del vídeo que la maestra les había proyectado en el salón al respecto. Aquella clase en la que vio a Miles por segunda vez y decidió ser su amiga.

Calidez || Miles MoralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora