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Griffin trató de respirar para regular el pulso acelerado. Le dolía la nariz y el aire frío que seguía inhalando amenazaba con congelar sus pulmones.

El chico se deslizó por la pared graffiteada de ladrillo de aquel desolado callejón hasta que quedó sentado sobre la nieve. Poco le importó cuando sus pantalones comenzaron a humedecerse con el fino hielo que se derretía bajo su calor corporal.

Exhalando jadeantes nubes de vaho, se inclinó para asomar su cabeza por el borde de la pared para asegurarse de que nadie le perseguía. Regresó a su posición original y echó la cabeza hacia atrás hasta que sintió el frío de la pared en la cabeza. Le dolía todo el cuerpo.

Llevó su atención al paquete que abrazaba contra su pecho y lo examinó brevemente para comprobar que este estuviera intacto.

Resopló cuando se aseguró de que todo estaba en orden con los paquetes y lanzó una maldición al aire al recordar el paradero de su amada motocicleta.

—No importa, compraré una nueva cuando me paguen —. Espetó para sí mismo. No era secreto que iba a recibir un buen monto de dinero, tal y como había estado haciendo las últimas semanas.

Desbloqueó su celular de trabajo para dejar un mensaje simple.

"Tengo lo que me pediste. Voy para allá."

Big K

"Más te vale que llegue entera."

"No te atrevas a inhalar ni un solo gramo"

"lol."

"Jódete."

¿Cómo acabé así? se preguntó a sí mismo mientras guardaba su celular de trabajo en el bolsillo de la chamarra que parecía no cumplir con su deber de hacerlo entrar en calor.

Tenía demasiado frío.

Del bolsillo opuesto sacó otro dispositivo de pantalla estrellada, y su corazón se convirtió en un agujero al ver los mensajes del chat de su novia.

Merry
"Griff."

"Ah, ¿estás ocupado?"

"Está bien."

"No quiero molestar."

"Solo quería desearte una feliz navidad, amor <3"

"Te guardé un poco de cena aunque no hayas venido."

"Solo cuídate, ¿sí?"

"Y hazme saber si estás bien, por favor."

"Te amo"

El rubio cenizo dejó que una risa amarga se le escapara de los labios al volver a bloquear su celular.

—Eres tan patético... — Se dijo a sí mismo antes de ponerse de pie, sosteniendo el costado que tanto le dolía después de que uno de sus "contrincantes" le hubiera propinado una potente patada en las costillas. 

Esperaba no tener nada roto.

Con las piernas entumidas, las manos rígidas y el rostro magullado, Griffin comenzó a caminar hacia el lugar en donde sus colegas lo estarían esperando. Tenía miles de dólares en los brazos, solo hacía falta canjearlos.

Internamente deseó estar en casa de la familia de su novia, cenando gustoso junto a ellos, ignorando sus problemas como solía hacer.

Deseó que los amigos a los que consideraba familia tuvieran una linda navidad, en especial Luca.

Deseó dejar de sentir tanto frío, tanta hambre.

Deseó dejar de sentir la necesidad de abrir aquellos paquetes y doparse hasta que se le olvidara su propio nombre.

Deseó que las cosas fueran diferentes.

Deseó que las cosas fueran diferentes

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Calidez || Miles MoralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora