O9: Luces navideñas

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La mente de Luca en esos instantes era, por decir lo menos, un desastre.

Entre los preámbulos a las fiestas navideñas que estaban a la vuelta de la esquina; la exigencia de las clases en Visions que comenzaban a tomar más de ella con cada día que pasaba; y la reciente preocupación por el aspecto demacrado de Griffin,  Luca no podía hallar paz mental.

Golpeteaba la punta del bolígrafo contra su libro con ritmo ansioso mientras sus ojos seguían pequeñas líneas de texto que terminaba releyendo más de una vez al no comprenderlas a la primera. Estaba inquieta, había demasiado en lo que pensar.

Se alejó de los libros y cuadernos abiertos que reposaban en la mesa con un suspiro cansado, dejándose caer sobre el respaldo de la silla. Su espalda dolió un poco por la posición encorvada que había mantenido los últimos minutos.

Aunque había más de un estudiante en el lugar, todo era casi completo silencio, como si todos se esforzaran en no hacer ruido alguno, ni siquiera para respirar. Era habitual, y obvio; de hecho, el silencio en el que se sumergían las bibliotecas solía parecerle agradable, pero en Visions era un silencio excesivo, casi ruidoso. Y no le gustaba que el ruido del silencio le permitiera escuchar sus propios pensamientos.

Se agachó para alcanzar su mochila, y de ella sacó sus confiables audífonos de diadema azul. Necesitaba despejarse si quería entender aunque sea una palabra de sus libros de texto.

Revisó la hora discretamente cuando encendió su celular para poner música.

5:56P.M

Miles estaba retrasado... de nuevo.

Miles y ella habían acordado verse  todos los días en la biblioteca para estudiar y hacer las tareas del día. Los temas de matemáticas aumentaban en complejidad con cada clase que tomaban, y a Luca comenzaba a costarle un poco seguir el ritmo, por lo que Miles se había ofrecido a ayudarle... aunque esas eran más bien excusas para pasar tiempo juntos y ambos lo sabían muy bien, así que le sorprendió no encontrar a Miles por ningún lado cuando fue a buscarlo a su dormitorio; en su lugar, quien la recibió fue un somnoliento Ganke que no elaboró en las razones por las cuales Miles parecía haberse esfumado.

Ni siquiera había leído los mensajes que le había enviado.

Y lo que la ponía ansiosa era que no era la primera vez que sucedían cosas de ese estilo.

Ese tipo de comportamiento errático, y la horrible sensación de que algo le estaba siendo ocultado le revolvían el estómago. Quería preguntar tantas cosas a tantas personas, pero temía estar siguiendo la tendencia que su madre tenía de meterse en los asuntos ajenos, por no mencionar lo difícil que era para ella cuando alguien preguntaba por las cosas que callaba, lo que la hacía empatizar con aquellos secretos que nadie le decía.

¿Debería de preguntar? ¿O acaso era mejor callar?

Decidida a dejar de darle vueltas al asunto para que este no se sumara a la lista de cosas que le quitaban el sueño, Luca se puso los audífonos y dejó que el ritmo calmado de Lua de Bright Eyes transformara su ruido mental en la voz suave del vocalista. 

Dejó que su cuerpo se deslizara sobre la silla hasta que su cabeza quedó sobre el respaldo. Era una posición incómodamente cómoda que atrajo miradas juzgonas de algunos de los alumnos que estudiaban en otras mesas.

Calidez || Miles MoralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora