11: Invitación

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╰☆╮

Después de una larga media hora en la que Nathalie se volvió la asesora de vestuario de Luca por medio de una videollamada, la muchacha se sintió lo suficientemente bien como para decidirse por uno de los conjuntos que su amiga había escogido al otro lado de la pantalla.

Se trataba de un bonito conjunto casual que abundaba en la gama de azules que tanto le gustaba a Luca, y un par de accesorios extra que lo complementaban junto a un maquillaje muy sutil que la muchacha improvisó con los cosméticos de su madre. No estaba muy acostumbrada a maquillarse, pero se sentía linda, y al ser un maquillaje natural y ligero, no se sentía demasiado "ornamentada" —había probado con un delineado grueso y maquillaje pesado que tanto admiraba en Brynn, pero terminó deshaciéndose de él casi de inmediato cuando se vio al espejo y descubrió que no se veía como ella misma—.

Pero mientras retocaba su apariencia más de lo usual bajo la tutela de su pelirroja amiga, no pudo evitar cuestionarse el porqué de ello.

Sí, se trataba de la cena de nochebuena y todo, pero sospechaba que sus ganas de resaltar tenían que ver más con que esta se llevaría a cabo en el hogar de Miles que por la fecha en sí... y no sabía muy bien cómo asimilar aquello.

Esperen, hagamos un recuento de los eventos, ¿sí?

Después de que la madre de Miles hubiera llegado al parque a recoger a su hijo, Rio quedó maravillada con Luca desde las primeras palabras en español que las féminas intercambiaron, entre las cuales hubieron varios "¡Dito!" que fueron lanzados al aire cada que Rio se identificaba con algún rasgo de la chica.

Tras un par de minutos de plática, ambas terminaron por congeniar bastante bien, cosa que alivió tanto a Luca como a Miles a pesar de que este último estaba que se moría de vergüenza por algunos datos de más que la adulta terminó revelando sin escrúpulos.

A razón de que los padres de Luca seguían atascados en el trabajo, la mujer se ofreció a llevarla a su casa; sin embargo, y como si las circunstancias se hubieran alineado a la perfección, Luca no llevaba llaves con ella ya que contaba con que sus papás estarían en el parque para recogerla antes de las 23:00P.M.

Antes de que se diera cuenta, ya estaba de pie frente al vehículo donde estaba el padre de Miles. Para Luca no pasó desapercibido el hecho de que aquel automóvil fuera justamente la patrulla que había visto el día en que conoció a Miles. Aquello le hizo pensar en toda esa escena frente a la escuela que involucró un muy incómodo "papá te quiero" de parte del que ahora era uno de sus mejores amigos, dejó salir un pequeño suspiro que denotaba la nostalgia que comenzaba a sentir por aquellas primeras semanas en las que la carga académica aún no era parte de sus más grandes problemas. 

Miró a otro lado con disimulo, obligando a sus propios prejuicios respecto a las fuerzas policiales a quedarse bien calladitos. No dudaba que el padre de Miles fuera un buen policía, pero no podía evitar sentirse algo desdichada cada que veía los característicos colores azul y rojo de las torretas de las patrullas. 

Gracias por eso, Griffin.

Dejando sus dilemas internos de lado, Luca trató de convencer a los tres de que se las podría arreglar sola si la dejaban en el parque, repitiendo en más de una ocasión que no quería ser una molestia para ellos.

"No, señorita, ¿Cómo crees que vamos a dejarte acá sola y con este frío?"

Fueron las palabras casi indignadas de Rio ante la sugerencia de Luca. Miles también se opuso a la idea en cuanto esta dejó la boca de su amiga, aunque de haber accedido a ella, no habría dudado en escaparse de casa para que su segunda identidad le hiciera compañía durante la noche.

Calidez || Miles MoralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora