Capitulo 24

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Jimin se encontraba después de una semana, fuera de la alcoba de su majestad, veía a su alrededor estar los sirvientes y paladines, viéndolo por debajo, grande era su sorpresa al ver seres oscuros hacer una mini reverencia y retomar sus tareas en el palacio.

Creyendo a las palabras del rey, a la hora de la comida lo nombras como príncipe Jimin, es en un instante que Jimin palidece al tener que ver que incluso Jisoo se inclina antes de saludarlo.

−Jimin, me alegra que te encuentres mejor.

−Todo es gracias del concejal Chen y a ti Jisoo. −Toma la mano de su amigo hasta recordar aquel hecho− El día que enferme, los había visto en la reserva... ¿Qué estaban haciendo desnudos?

− ¡Jimin! ¿Nos viste? −Cubre su rostro de la vergüenza al ver que asiente− Por favor, no le digas a nadie. ¡No! Ni si quiera lo menciones.

−Esta bien, no lo hare si me dices que hacían.

−Jimin, por favor.

−Estoy cansado que haya cosas que me ocultan, si voy a ser el rey hay cosas que me gustarían saber...

−Está prohibido, por petición de su majestad. −Lo arrastra hasta llegar a su alcoba− Ahora debes de cambiarte, la reina quiere verte.

− ¿La reina? ¿A mí?

−Todo el palacio ha estado preocupado por ti, después de lo que sucedió. También saben de que su alteza no te ha abandonado los siguientes días, que terrible Jimin. ¿Seguro que estas bien? Eres la primera criatura que sobrevive en un envenenamiento....

Jimin para en seco, deshace el nudo que crea Jisoo con su mano para tener que ver a su amiga preocupado. Su majestad había mentido en tratarse de una simplemente descompensación de su cuerpo y un resfriado.

− ¿He sido envenenado? −Pregunta y Jisoo lo ve confundido− Jisoo, me dijeron que era una simple fiebre. ¿Quién pudo envenenarme...?

Recordaba a sus enemigos, desde la oscura hada que siempre ha tenido sus maltratos y quedando por ultima vez a la princesa Umji. Conocía las reglas en las que no podía acusar simplemente a alguien de la realeza, la había provocado y aquí las consecuencias.

−Se que fue ella, Jisoo...

Al explicarle el hada lo sucedido, aquella no lo podía creer. Viendo aquel semblante del tierno cambiar a lo que era antes, Jisoo prepara sus ropas mismas de finas telas y creada por grandes sastres, es vestido con las hermosas joyas que ha regalado su majestad.

−Eres un príncipe Jimin, bajo el titulo de su majestad no estar por debajo de un favorito o tan arriba como la familia real, estas ahora en la posición de las criaturas del concejo de su majestad. –Preocupada Jisoo ve a su amigo− Jimin, no olvides tu lugar. No sabes lo capaces que son, en su mundo se comen a los débiles.

Ahora Jimin era testigo de las atrocidades que podían llegar hacer, es por eso que terminando de ser tenuemente maquillado por Jisoo y peinado con su cabello, con aquel pasador importante de su familia, el rastro del débil Park Jimin y amante de su majestad, queda en el olvido.

Entre los cofres Jimin ve en los regalos el abanico de color negro, sabiendo que sería fácil de ventilar la magia demoniaca que tenia que enfrentar en pequeñas partículas.

−Estaré bien, Jisoo. Ahora llévame con la reina Min...

Necesitaba comportarse maduramente, a un paso delante de sus amigos uno en el que pueda servir a su vinculo como un pilar en su vida. Una cara bonita no iba funcionar en un mundo de serpientes.

Park Jimin era llevada junto a su conocida escolta que estuvo en un principio y encomendó su confianza, entre las criadas la mirada va hacia la bella divinidad que sube las escaleras de la primera planta y para los demonios que alguna vez lo detesto queda intermedio a los aposentos reales.

Salvaje Divinidad. [🎶] Yoomin. ¡TERMINADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora