El bello doncel ya había pasado una semana en el clan, en una habitación en la que tenia para ambos salir, concentrando la magia del demonio celoso que apenas deja entrar a sus sirvientes.
Era la salvaje divinidad de su majestad que apenas podía cubrir su desnudes con una de las sabanas, ya siendo muy tarde su majestad estaba durmiendo en la mullida cama, durmiendo flácidamente como los anteriores días.
Eran esos momentos en los que Jimin aprovechaba de ver el gran alrededor de la alcoba, lo que pensó que era nada más una alcoba, veía las demás puertas. La del fondo llevaba a una nueva habitación, la siguiente un comedor y la última quedaba a los baños.
En el ala de la habitación pequeña se veía repleta de reliquias, el menor observaba de nuevo los cuadros, sonriendo hacia el pequeño que esta en el trono, seguido de la reina y rey sosteniendo a su hijo menor, reconociendo el porque la reina Min y Hyejin, nombraban a Min Yoongi como bebé.
Las mejillas tan pálidas y cálidas, sus pequeños ojos diminutos en líneas y esa sonrisa con encías. Cabellos tan negros y vistiendo de manera tradicional para un heredero. Jimin podía jurar que se derrita de ternura y se sentía complejo, después de ver al pequeño bebe en lo que se había convertido.
− ¿Estás dando un vistazo?
−No pude evitarlo.
−Está bien.
No le da tiempo de reverenciarse porque Yoongi estira sus manos para abrazarlo de la cintura, el rey se mantenía para inhalar el dulce olor de Jimin, restregando su nariz en los cabellos rubios, cuando el rostro del pálido se levanta queda viendo agridulce su pintura.
−Eras un bebe muy tierno, la reina dijo que eras un bebé muy risueño.
−Es la parte de mi familia que me gustaría borrar.
−Claro, todos están acostumbrados a conocer el amenazante demonio, ahora entiendo porque en el castillo, no se encuentran estas pinturas. −Dice mirando a su alrededor− Esta habitación está repleta de cuadros, es hermoso que permanezcan estas memorias.
−El palacio del clan Min, es un lugar privado donde puede permanecer los herederos de la corona, ni si quiera mi madre o mis hermanas pueden entrar. A menos de que lo autorice el rey y su pareja.
Jimin podía respirar tranquilo pensando que la princesa que lo preparo no estará en problemas.
−Me gusta mucho este palacio, los sirvientes me tratan con respeto y el lugar es hermoso.
−Me alegra que te guste, pronto esta habitación será vaciada, para que la pareja del rey viva junto su majestad. −Sonríe el pelinegro viendo alrededor− Puedes hacer con lo que desees con esta alcoba, incluso con los sirvientes.
−Yoongi, basta ya es demasiado...
−Solo recibes por lo que en derecho es tuyo.
Las manos anchas lo sueltan para recibir un abrazo de su doncel, Jimin no puede explicar la sensación que tiene con todos esos presentes. En cambio, su majestad sin importarle su desnudes es quien se encarga de mostrarle la alcoba de la pareja, mencionando Yoongi que tendría una distinta para él en la parte de arriba, en la última torre.
Es una de las criadas temerosas que indica que los baños están preparados, por lo que la feliz pareja se ubica. Siendo el mismo demonio que dirige Jimin, el pobre estaba cansado de las tardes y noches interminables, el rey se enternecía al ver las marcas en su cuerpo, sus ojitos satisfechos y al calmar los dolores.
En una inmensa tina de baño Jimin suspira en las aguas calientes y perfumadas, dejando que las sales y aceites calmen las distintas sensaciones, y entre ellas con las yemas de sus dedos, delinear las marcas oscuras en la piel blanca.
− ¿Ya no te horrorizan?
−Lo hacen, pero cuando veo la persona a quien amo en ellas, la sensación terrible se esfuma. −Besa Jimin sobre el hombro donde hay rallones− He visto demonios, cubiertos de pies a cabeza.
−Tal vez, soy un demonio grande, con demasiada piel.
Era verdad, en comparación de Jimin siempre sentía los brazos que lo envolvía por completo, en como el rey se tenía que encorvar un poco para alcanzar su rostro o Jimin tenia que pararse de puntillas.
Cuando iba a refutar el menor, se queda viendo en la mirada pecaminosa que esta ultima semana ha conocido, de repente siente los roses debajo del agua y las perversas sensaciones.
−Acaba de bañarme y limpiarme, me ensuciara de nuevo.
−Correré el riesgo.
Jimin lleva las manos en la boca, cuando lo levantan de la cadera para sentir el miembro de su majestad de nuevo en el remolino que se ha acostumbrado. El menor suprime sus gemidos con cada brinquito que imparte su majestad, y en la sonrisa excitada del rey, quita las pequeñas manos para escucharlo.
− ¡Y-Yoongi! ¡Espera!
Para Yoongi era adictivo, no había dejado a Jimin en paz de los próximos días, su entrepierna era quien cubría por completo aquel pequeño túnel, mientras que en el exterior veía la pancita de Jimin con esa línea de protuberancia.
Terminando en la humedad del baño, el demonio carga de nuevo a su pareja, hacia la cama que pronto estaría destrozada, en una habitación que habían sacado mayor provecho y en la que los sirvientes eran testigos del placer de su majestad.
Al concluir tarde era ese momento en la cena, que Jimin comía de su plato, viendo al fin el rey ponerse un poco de ropa. Es incluso el demonio, que iba con intenciones de darle descanso a su risueños, cuando escucha el crujido de dientes.
−Jimin...
−No estoy haciendo nada para provocarlo, solo estoy comiendo...
Era mera mentira, Jimin se encontraba gustoso comiendo una manzana para el solito, en un palto hondo lleno de delicias frutales. El rey siendo una digna escena de sus ojos, ve a Jimin abandonar la mitad de la manzana, para probar parte de las uvas, cerezas y pequeños frutos del bosque.
El rey se le acerca como un felino silencioso, a un lado de él para ser Jimin quien comparte esas delicias. Cuando Jimin come de nuevo de las dulces fresas, su majestad llega a su límite, devorando de aquella fruta el sentimiento prohibido.
−Mi pequeña tentación.
Un ruborizado Jimin se siente drogado, dejando que se monte de nuevo a su majestad, tomando ahora la iniciativa para menear sus caderas, cubrir con sus oídos los gemidos del rey, mientras el demonio desborda con su semilla la entrada del chico.
Cuando pensaron que un día mas serian gastado, ya no era la habitación donde demostraban su amor, era en el comedor principal donde Jimin se había servido como un platillo, que disfruto su majestad en devorar y en los jardines, donde fue testigo de la belleza del demonio y salvaje divinidad con la luz natural.
Mientras el palacio se preocupaba por la repentina ausencia del rey, era en el castillo cuando la dulce princesa era quien recibía un parto en su mayoría riesgoso. Teniendo que recurrir varias parteras y en presencia de su madre, eran testigo en como la desgracia de años, que seguía la mujer era ahora justificada.
−Felicidades princesa Hyejin tuvo dos varones. ¡Tiene ahora dos príncipes demonios!
Fuera de la habitación de parto, llegan en los oídos de todos los que festejan, incluyendo a los dos concejales y la princesa Umji quien abrazaba asustada a su pequeño niño. Ahora estaba aun mas en riesgo la posición de su heredero y lo peor de todo, es que el hijo que había asesinado de su hermana, regreso con a la llegada de dos varones.
−Dos varones...
− ¿Por qué mamá? ¿Ya no voy a ser rey?
−No, mientras tengas a tu madre, serás el rey. −Besa la reina la frente de su pequeño− Serás el rey, te lo prometo hijo... Mi Vernon.
Podían escucharse los cañones aclamando a los príncipes, también siendo proyectiles en los crudos pensamientos de la princesa mayor, quien decide retirarse del pasillo hasta llegar a la alcoba de su hijo.
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Salvaje Divinidad. [🎶] Yoomin. ¡TERMINADA!
FanficLa historia de Min Yoongi, el rey demonio. Quien asumió el poder del imperio demoníaco, se encuentra con el hijo de su peor enemigo, una criatura de luz, una Salvaje divinidad llamada Park Jimin, quien hace frente al peligro. 🌳Fantasía. 🌷Romance. ...