Capitulo 28

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Park Jimin era el bello risueños de su majestad, su único confidente, la criatura que amaba en todo el basto mundo que ha descubierto, aquel único que tenia el permiso de entrar y salir en los aposentos de su majestad, era la ultima semana que él rey pasaba en el palacio de mármol, para ahora ir a las tierras del clan Min.

La provincia de los Min era atendida nada más por demonios, que adoran a la familia principal por lo que dentro del palacio tradicional se escuchaban los pasos en calzados de madera, los seres oscuros con vestidos ancestrales, atento a las peticiones de la familia Min.

Era la primera vez que Jimin apreciaba el lugar, su majestad lo había llevado en los lugares mas incognitos, que este lugar ancestral estaba lleno de historia. Las pinturas en la pared con la familia desde tiempos ancestrales y sus herederos, reliquias tan antiguas que podrían romperse con la mirada y en estatuas una hermosa obra de arte.

−Hoy es un día santo Jimin, será el día que ambos entreguen su pureza en presencia de la luna. −Menciona la princesa Hyejin− Su majestad esta noche te invitara a su cama, serás juzgado como una obra de arte.

−Nunca olvidare esto, princesa, nunca...

−Antes de que suceda has visto que nuestro mundo existe la agonía y la supremacía. Tu mente sufrirá y tu corazón dolerá. Incluso despertar y dormir, será doloroso, si tu decisión persiste en permanecer con su excelencia...

−Estoy listo, princesa.

La princesa asiente, siendo los miles de sirvientas que presentan distintas telas, que crean en la misma figura de Jimin con su magia, el cabello de Jimin que ha llegado hasta la cintura es recogido en un hermoso peinado con el pasado que lleva como emblema de su familia. Es cubierto con sutiles perfumes; fragancias que ama su majestad, entre tenue maquilla y joyas.

No dejan a Jimin verse en el espejo, pero con la mirada de ambas mujeres sabía que está listo.

−Princesa Hyejin. ¿Por qué insistirme en no decirme que va a pasar esta noche? −Pregunta de nuevo con esa inocencia que cautiva a los demonios− Habla de compartir la cama con su majestad, ya lo he hecho.

−El día de hoy es diferente, Jimin. Será el día que presentes un nuevo cambio, es uno de esos días benditos en nuestras familias y porque tu destino quiere que estés aquí. Satisface a su majestad con todo lo que he enseñado.

−Está bien...

−No me falles, cuando el momento suceda, entrégate y confía en su majestad.

Jimin asiente, para ver partir a la princesa en el carruaje junto a su amiga Jisoo.

El menor siente un escalofrío, sus huesos hielan esperando las malas miradas de los sirvientes que bien conoce, como ha estado en otros lugares. Pero lo que recibe es una correcta inclinación de dos paladines con una gran sonrisa.

−Su majestad lo espera, príncipe Jimin.

Siendo nombrado con tal respeto, Jimin asiente, siendo guiado en un palacio desconocido. Donde se escuchan ahora sus pasos, vestido con un hermosa Yukata azul con estampados dorados, Jimin caminaba ahora en gran gracia, al mismo tintineo de las joyas y pasadores en su cabello, se sentía hermosos, aunque no se viera.

Estando Jimin en camino, el rey no entendía a veces el personal que servía a su familia, al llegar su habitación formaron una iluminación cálida, las ventanas estaban abiertas para hacer pasar los arboles con flores de cerezo junto la brisa de primavera en conjunto.

El rey esperaba impaciente a su salvaje divinidad hasta ser en la puerta que se abre tenuemente el llamado de un paladín informando la entrada de su pareja.

Salvaje Divinidad. [🎶] Yoomin. ¡TERMINADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora