Capitulo 44

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En cada campanada Jimin sollozo, evitando que las lagrimas cayeran a su niña. Deseando al destino que no fuera cruel con ella, pidiendo su fortuna por ella, sabiendo que nunca no le faltaría amor por parte de su primer padre, Jimin la amaba, con toda su alma como su vínculo.

Recordaba en como durante su vientre valió todos los mimos de Yoongi, cada desvelo y antojo por lo que tuvo que pasar. Cuando entrego todos esos tesoros con los que esperaba tener un futuro heredero.

−¿Por que castigas así a mi hija, destino? Si estas probando mi fe, no lo hagas con mi pequeña... 

Jimin sentía la culpa de su insistencia de dar un varón, sostenía con la misma delicadeza a la pequeña que bebe de su pecho abultado. Alimentándola, a pesar que la princesa estaba tranquila entre los brazos de su primer padre, Jimin la mantenía junto suyo, donde ni siquiera las enfermeras pudieras quitársela o Chen la tocara, se encerró en su habitación.

− ¡Atención! ¡El rey Min Yoongi!

Jimin nunca antes sintió miedo y toda su vida, se aferraba a su pequeña bebé, cuando las puertas son abiertas. El demonio entra para estar frente a la cama que descansa su vínculo, sosteniendo a la heredera del reino entero con la que ahora celebran su nacimiento en campanadas y buenas noticias.

Jimin estaba por primera vez con la mirada agachara, viendo a la pequeña despierta que apenas se remueve, el segundo amor de su vida. Escucha los pasos del demonio hasta llegar a su lado y apretando sus ojos espera las demandas y reclamos.

−Jimin...

−Majestad por favor perdóneme. Blasfemé en contra el destino pidiendo un niño, tuve una niña.

−Levanta el rostro, Jimin. −Ordena para ver la mirada triste de su vinculo, mientras el otro responde apacible− No tienes que disculparte en esta petición porque fuimos egoístas con nuestra petición, porque yo también pedí algo, le pedí que me diera una hija... 

El chico apenas puede hacerlo, siendo el mismo demonio quien ve la marea en sus ojos. Se acerca para tomar asiento a un lado de Jimin. Aquel limpia sus lagrimas con los pulgares, es cuando Jimin ve la sonrisa resplandeciente del demonio, a ver abajo al pequeño bebé.

−Cuando supe que diste a luz a una niña, no pude soportar a informarle a todo el reino que mis suplicas al destino fueron escuchadas, yo mismo toqué cada campana para que fueran testigos del milagro. 

−M-Majestad. ¿No me esta mintiendo?

−No lo hago. Puede que los demás deseen niños, pero yo desee tener una hermosa y delicada hija. −El rey besa la frente de Jimin− Ahora la tengo y te tengo a ti, no sabes lo feliz que me haces.

−Se parece mucho a ti, ese fue de todo mi gran deseo...

El rey asiente, teniendo que ver desde los brazos de su vínculo, como su pequeña duerme tranquilamente. El rey igualmente estaba enamorado, viendo el resultado de las maravillas del destino, ahora sus manos sentían aquel tembló, aquel que Jimin lo nota.

− ¿Quieres cargarla?

−Es muy pequeña, tan frágil.

Los padres primerizos, era que algo siempre enternecía.

Jimin con una leve sonrisa levanta al fin a alguien a su preciada hija, aquella que acomoda con sumo cuidado en los fuertes brazos de su vínculo, aquel que tenía un principio miedo de transmitirle lo destructivo de su magia, la acuna entre sus manos. La diminuta magia que sale del demonio haca a la pequeña sonreír, reconociendo aquellos momentos que estuvo inquieta.

El rey se pone de pie siendo un bonito escenario a Jimin, muriendo de ternura al ver la sonrisa grande de Yoongi. E como va hacia la luz de la ventana para ver mejor, al bebé que despierta con los ojos oceánicos de su primer padre.

Salvaje Divinidad. [🎶] Yoomin. ¡TERMINADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora