Capitulo 61

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En un camino complicado para Park Jimin, recordaba el como inicio su vida dentro del castillo, como algo nuevo le espera ahora a su familia. El príncipe que viste en un día especial como Salvaje divinidad, de nuevo se lleva la gracia de todos en el castillo, aquel que se muestra con una sonrisa dirige a cada uno de los ángeles, a temprano día en la mañana para abrir el castillo sus puertas.

El castillo Dorado, tan hermético como su majestad, donde solamente las paredes son testigos de los dolores que pasan las criaturas en la hermosa jaula bañada en oro. En cada era que tuvo que pasar con distintos cambios, sin saber que el primer ser de luz lograría mantenerse después de un siglo.

En la mente de la Salvaje Divinidad existía aun el ideal de permanecer en el trono con su majestad, en una vida plena con sus hijos, protegiendo a su familia. Ahora quería lograrlo, consumiendo aquella oscuridad que por siglos se ha alimentado, Jimin deseaba apagarlo.

Jimin en camino de la sala principal, trata de visualizarse como estaría en un trono a lado de su majestad, deseando que sea aquel equilibrio que busca su reino, disfruta de una mañana.

−Estamos listos Jimin, estamos para informarle de los buenos días de cada uno de los miembros de la familia. −Dispone Jisoo inclinándose al príncipe− Con su permiso deseamos partir. El concejal Dong han ya verifico su encargo en el mercado.

−Adelante, Jisoo...

Jisoo es la primera en partir junto los demás ángeles de plena confianza que se encarga de mencionar el recordatorio de la ceremonia de esta noche. Desde Jisoo quien entra a los aposentos de cada uno de los príncipes, en especial al de Vernon donde deja aquella carta perfumada en rosas con la mención de la princesa Milagro.

−Su alteza la espera en el gran cañón...

Mientras que otra las penas eran claras, el ángel no tuvo la necesidad para dejar la corta invitación para tener que escuchar la pena de la princesa Umji. Un príncipe sonreía por la primera victoria de su padre, tomando como hechizo los sentidos de sus ángeles, la princesa Umji había amanecido con sangre en su cama y la mala noticia de haber perdido un hijo.

–¡Ahhh! No por favor, destino... Te lo ruego, que no sea verdad...

¿Pero cómo podría mostrar su desgracia de un secreto? La princesa no tenia voz ni voto de hablar del cruel destino, su aborto tenia que pasar con tristeza en silencio con el enfermo concejal, en una guerra que había entendido Jimin en manejar.

−Su majestad es quien reina las guerras fuera del castillo, yo mantengo el orden aquí dentro. −Dice Jimin a sus sirvientes de confianza− Nada puede estar fuera de lugar en esta ceremonia, los juegos aquí acabaron...

Jimin se pone de pie del trono guiando su camino en el carruaje, el resto de la familia que recibe la invitación desde la reina que se mantiene triste en la cama y la princesa Hyejin quien despierta para tener que ver una flecha encajada en la pared de su habitación, la misma que mato a su primer hijo.

En esta mañana en pena no era desaprovechado para el príncipe Vernon, aquel viaja con un anillo en su mano, caminando recibiendo el tacto de las flores en el camino y agradeciendo por primera vez al destino.

El caso era que el destino, no era justo para los blasfemos.

El príncipe que llega a la entrada del gran cañón, ve hasta por ultima estancia a quien desearía que fuera la dueña de cartas de tan hermosas palabras y con rastros de fragancia de Milagro. Frente suyo, al final del borde estaba Jimin esperándolo, sin compañía, sin protección, sin su hija.

Sin creerlo el príncipe Vernon toma de nuevo la carta de su bolsillo, estaba seguro que era la misma caligrafía de Milagro, la misma magia que uso para escribirla.

Salvaje Divinidad. [🎶] Yoomin. ¡TERMINADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora