Salvaje Divinidad. [🎶] Yoomin. ¡TERMINADA!

Capitulo 52

Las provincias eran dispersos clanes en el mundo, cada uno en los que tenían que ser divididos a cada uno de los herederos que presente el clan Min. Era uno de esos tristes días en la que comienza la partida de la princesa Hyejin, siendo la misma reina no podía soportar la noticia que su hija haya caído tan bajo para mentirle al reino entero, solo se necesito una prueba de sangre para saber que Daesung no era un demonio como tal.

Era una habitación que Hyejin estaba frente a la reina, su madrastra que no tenia manera de ver a su hija a los ojos.

−Tu eres la responsable de esta gran mentira, frente a todos engañaste la raza de tu segundo hijo, blasfemaste frente a nuestra familia, tu esposo, tu hermano y a mi, que nombre a tu hijo... Ganaste la ira del rey del mundo...

La princesa Hyejin no sabia en que estaba pensando en esa instancia, aquella triste sensación de decepcionar a su familia teniendo un hijo a un ser de luz, era algo imperdonable para su familia, la señalaría y no tendrían piedad por su hijo.

Pero la princesa no era fiel que las eras cambiaban, al tener que ver como el rey de ahora se había vinculado con un ser de luz y rezaba por tener de primogénita a un ser de mitad de luz y a un hijo con sangre vital.

−Perdóname...

Las disculpas para una reían no eran suficiente, frente a sus ojos vía a la mujer que crio para ser una princesa digna y respetuosa, caer en algo tan grave como una mentira, frente suyo estaba la princesa cual había ganado la ira del rey y la deshonra de sus nietos, al odiar verdaderamente lo que son.

− ¿Cómo fuiste capaz? Daesung es tu hijo sin importar la raza, niño o niña, son tu vida, tu sangre. Tus actos egoístas, echaste a mi nieto al fuego. ¡¿CÓMO COMETISTE TAL FALSEDAD?!

–Madre, no tenía otra alternativa...

–De todas las criaturas, creí siempre en ti. Nunca pensé que te degradarias de tal modo... Me decepcionas Hyejin... Tu eras la criatura que iba a sustituirme, ahora no eres nada...

–Déjame recuperar su confianza... Por favor te lo ruego.

–No. Veremos si regresas a tu provincia te hace entrar en razón... No te tendré aquí, empaca tus cosas...

La princesa sollozaba a pesar de sentir la magia demoniaca asfixiarla en la habitación, ella intentaba mantenerse fuerte. Ante las acusaciones de la reina, era en esa habitación que solamente ella que era lo que sucedería.

Mientras que Jimin veía desde la ventana, siendo la primera en partir era la princesa Umji en la misma provincia en el palacio de las lágrimas, seguido de su vieja amiga la princesa Hyejin que se en marcha en la provincia del concejal Sehun.

Entre todas las ideas en la cabeza que hace a Jimin temblar estaban sus enemigos que crecían consecutivamente, cada uno que lo amenazaba era la princesa Umji y deseado que no sea Hyejin, a los concejales que perdió la lealtad, el dragón que circulara pocos días en su castillo y ahora incluso se preocupaba por el bienestar de su princesa y príncipe.

Ve a su pequeño Hoshi entre sus brazos, aquel pequeño niño que desearía ser al estar calmado entre sus brazos o a milagro que sigue jugando con la espada.

− ¡Auch! −Exclama Milagro adolorida– Eso dolió...

Veía a su princesa soltar la espada de madera, por el dolor en la palma de su mano sin curar. Jimin deja un momento a Hoshi en su cuna para hacerle una seña a su hija, ella se acerca para mostrar el vendaje que traspasa con la sangre.

−Papi. ¿Estás molesto con nosotros? −Pregunta la inocente niña que recibe la intención de su primer padre− No quería molestarte...

−No, por supuesto que no pequeña. No estoy molesta contigo, mucho menos con Hoshi. −Dice Jimin terminando de limpiar la herida, carga a su pequeña para abrazarla− ¿Por qué dices eso?