Capitulo 5

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¿Por dónde debería empezar? Me duele la cabeza. No es una punzada especifica. Es una molestia general en toda la cabeza. Puedo seguir con las cosas normalmente, pero esto molesta demasiado.

- ¿Estas bien? Tenes peor cara de la usual. – claro, me olvide que estaba caminando con Tomas por el centro. –

-Si estoy bien. – seguíamos haciendo mandados. Mas de él que míos. Yo solo aprovechaba a ver si pedían empleado en algún lugar. Pero la mayoría no me coinciden con los horarios. Se que mis tías no me van a sacar de la casa si no tengo para pagar la luz y eso. Pero no quiero ser un mantenido, ya no. Se supone que soy un adulto que puede valerse solo. Se supone. Cada vez es más difícil. –

-Bueno. Este es el ultimo lugar al que tengo que entrar. Necesito retirar un pedido. – estábamos frente a una librería bastante chiquita, escondida entre negocios grandes. Se veía algo vieja. Todo estaba en tonos marrones, lo que la hace ver más antigua aún. Tomas entro y saludo a la mujer que atendía atrás del mostrador. – Hola Sabrina. – la saludo bastante tranquilo. – Me llego tu mensaje en la mañana, de que estaba mi pedido. – se acerco al mostrador, en el piso dejo el cajón de madera con mis cosas del vivero y su planta. –

- ¡Hola Tomi! - ¿"Tomi"? Que confianza le tiene. Celos. Mierda, eso no es bueno. – Si, llegaron ayer, pero entre tantas cosas no pude organizar las cosas y mandarte. Perdón por la demora. – de atrás del mostrador saco unos cuantos libros. Se ven viejos pero conservados. –

-Genial. Me los llevo. – saco su celular. Parece que paga todo con digital. –

- ¿No estas cargado de muchas cosas para seguir sumándole?

-No te preocupes. No es tanto. – ellos hablaban tranquilamente. Yo me mantenía al margen. Mirando un poco todo lo que había. Hay tanto libros viejos, como nuevos. Reconozco los de las editoriales nuevas echas por las apps de lectura. –

-Mati. – Tomas me llamo. - ¿Te interesó algún libro? – se acerco a donde andaba rondando en la librería. –

-No soy de leer muchas novelas y esas cosas. – me gustan las plantas y el café. Pero no tanto leer. –

-No hay solo novelas. También hay de biología y genética. – se acercó a una sección cercana a donde estaba mirando. Decía ciencia arriba del estante. – Hay de todo. Seguro alguno de tu gusto. No necesariamente debe ser de romance y esas cosas.

- ¿Y de que son tantos libros? – señale los que estaban en el mostrador. – Vi en tu casa muchos en un librero en tu pieza y ahora compras más. - ¿Por qué todo me hace hablar de que estuve en su casa? La falta de plantas y ahora el exceso de libros. –

-Vos coleccionas plantas no?

-Si.

-Bueno. Yo colecciono libros. De muchos géneros y autores.

-Pero las plantas crecen, necesitan un cuidado y cariño.

-Los libros guardan historias. Otros lugares. Personas. Momentos. Eso ayuda a crecer la mente, la imaginación.

-Ya veo. – quien diría que es tan intelectual. Maldito. Con razón es tan inteligente. –

-Siempre pide libros que a veces ni yo conozco o sabia de su existencia. – la chica que atiende se nos sumó. – Escuche que te gustan las plantas. Hay libros sobre eso también.

- ¿Por lo que dijo Tomas recién? - que oído. –

-No. – se rio un poco. – Sos el vecino de Tomi ¿no?

-He sí. - ¿Cómo sabe ella? –

-Me parecía. Hay libros de botánica. Sobre la historia de las plantas ornamentales, su descubrimiento, origen y esas cosas. Con fotografías o dibujos de cuando se fueron documentando. Todo a color.

Malos entendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora