Malos entendidos.

Capitulo 13

No me pude concentrar para nada en la clase. En lo único que pensaba era en todo lo de hoy. Lo de la mañana con Tomas, en lo de hace un rato cuando evito que me cayera, pero me llevo en el hombro. En lo de que al fin tengo trabajo, pero es en el de él. En el regalo que me hizo. Pareciera que se quiere meter de prepo en mi cabeza. Si solo supiera que ya esta ahí. Y ahora lo tengo que ver en el laboratorio, parece a propósito. Una situación vergonzosa y después quedar solos. ¿Y si le digo que me duele la panza y no voy al laboratorio? No, conociéndolo o no me cree, o viene a buscare a mi casa con la excusa de cuidarme y de paso molestarme. Además, tarde o temprano terminaría viéndolo, ahora también trabajamos juntos. ¡La puta madre! ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Quiero tirar algo, romper algo. Estoy enojado, avergonzado, frustrado. Me altera, me altera demasiado. Estaba pensando seriamente en no ir. ¿Soy un cobarde? Si, soy un cobarde. Parece que oliera mi miedo o mis intenciones, porque me llega un mensaje.

GIGANTONTO

"No vas a venir? Tengo facturas"

Primero, es como si presintiera que no quiero verlo, y segundo que sabe que me compra con comida. Estoy pensando en confesarme, y terminar con esta tortura. Que me rechace, que no me quiera cerca y listo. Haría las cosas más fáciles.

GIGANTONTO

"Veni, o me como todo solo"

Maldito hijo de =/%!. Quiero darle un buen golpe.

Yo

"Ahora voy, estoy juntando mis cosas"

Terminé juntando todas mis cosas, y me fui para la parte de los laboratorios masticando bronca.

-Es increíble como te mueve la comida. – es lo primero que me dice ni bien entro al laboratorio, mientras él agarraba las cosas para empezar a ver las muestras y eso. –

-Si, porque ni ganas de verte a vos. – a este punto ya necesito vacaciones de él. –

-Seguí repitiéndote eso hasta creerlo. – alcance a escuchar que dijo eso a lo bajo. Preferí no decir nada, no tengo energía ni ganas ni argumentos para pelear con él. –

-Mañana entras a las seis de la tarde. Después te agrego al grupo de mozos. – hablaba mientras separaba las muestras de hoy con las de las otras veces para comparar. –

-Bueno.

-Podemos ir y volver juntos del trabajo, si queres. – no me volteo a ver. Sonaba ¿nervioso? Como si dudara en lo que proponía. –

-Si serás denso. Quiera o no, vamos a terminar yendo y viniendo juntos porque vivimos uno al lado del otro, tomaríamos obligados el mismo camino. – soné seguramente fastidiado. –

-Bueno. – se reía suave. No en tono burlón, sino como de alivio o felicidad. Cada día lo entiendo menos. –

Dos horas de ver muestras, con los extractos de plantas para ver su cultivo bacterial, ver cuales hacían efectos en deshacerse de las bacterias y eso, terminamos. Nos queda poco para terminar el proyecto. Espero que mis teorías sean prácticas, me garantizaría un buen trabajo y una buena nota para recibirme. Acomodamos todo, me aseguré de no olvidarme nada y salí del laboratorio, Tomas salió después, con mi llave y con el llavero que me dio hoy.

-Esta es la función de un llavero llamativo, evitar perder con facilidad la llave. – sostenía la llave a la altura de su cabeza mostrándomela y con cara de reproche. –

-Ohhh. Pero si en ningún momento la saque de la mochila. Guardé la llave cuando le puse el llavero y no lo volví a sacar.

-Asi que si pusiste el llavero ni bien te lo di. – esta vez sonó burlón, y sonreía. –