¿Hay algo peor que amar y no ser correspondido? Si, amar sabiendo que no serás correspondido y aun así querer ser un buen amigo, estar al lado de esa persona sin importar cuanto duela verla feliz y no por uno. Bueno, en esa posición estoy yo. Enamorado de alguien; si enamorado, así de fuerte se siente para que lo diga tan directamente; que se que no me va a dar ni la hora. Maldigo la hora en que le preste la suficiente atención, para que se volviera costumbre, y que no me diera cuenta cuando ya no podía dejar de verle y termine enganchado como un idiota. Al principio fue una simple curiosidad. El querer ver si era diferente cuando estaba solo. Cuando nadie lo veía. Ya que nadie es como es, cuando nadie lo ve. Uno es auténticamente uno cuando esta a solas. Cuando sabe que nadie lo vera. Se siente libre y pleno de mostrarse a si mismo como se es. Siempre que lo veía, tenia mala cara, no hablaba con nadie y si lo hacia era poco y de mala gana. Obviamente no fui la excepción de su mal carácter social. Aunque lo saludara amablemente, aunque siempre le sonriera, no recibía nada de su lado. Me trataba como al resto. Quise ser un buen vecino, que nos lleváramos bien por el simple echo de que éramos de la misma edad, y no era un barrio de gente joven que digamos. Sus tías hasta donde sé, vivieron en esa casa, se fueron a otra más céntrica para no tener que moverse mucho por la edad y él se quedo en esa.
Se que espiar, por así decir, que está mal, lo veía a través de su ventana dentro de su casa, o de la mía de mi pieza arriba, cuando estaba dentro de la casa o en el patio. Lo miraba enojado, sin entender porque tenia que ser tan reacio con todo el mundo. Aunque la gente fuera amable con él, solo devolvía hostilidad. A las únicas que trataba bien eran sus tías. Al principio si, me caía mal. Pero de tanto verlo, y digamos conocerlo, me empezó a llamar la atención. Note que amaba las plantas. Siempre venia con una nueva casi todas las semanas, las cuidaba y tenía muchas en el patio. Por lo que se ve a través de las ventanas también hay dentro. Vamos a la misma carrera, solo que a diferentes horarios en casi todas menos algunas, es el único momento que lo veo en la uni. Aunque ya terminando la carrera, adeuda materias y no nos vemos, porque a mí solo me falta entregar mi tesis y listo. Hasta trabajo con los profesores. Me encantaría en las materias que aun debe así lo podría ver más, y hasta ayudarlo con las materias, esa típica excusa para acercarse tal vez funcionaria, o no.
Se me ha hecho divertido verlo hablarles a las plantas, hasta a las del invernadero de la uni. Verlo cantar mientras limpia, se pone sus auriculares a todo volumen y se pierde en su mundo. Tan lindo. También note que no tiene buenos hábitos de sueño. Cuando he vuelto tarde del trabajo aun tiene las luces prendidas y esta despierto. Pero se queda dormido y casi siempre que hay que ir a la uni y nos cruzamos en la puerta esta con muy mala cara durante la mañana. Ni hablar de su humor en la uni.
Sinceramente no sé en qué momento me empezó a gustar. Somos vecinos desde hace cinco años, y se que hace tres me gusta. Pensándolo bien es como que un día me di cuenta que ya me le quedaba viendo inconscientemente, ya era un habito que no podía sacarme. Muchas veces me encontré pensando en que estaría haciendo cuando no lo veía. Cuando quise caer en cuenta ya era tan tarde. Había caído ante las flechas doradas de Eros. Pero me tomo poco tiempo notar que, aunque no era el único flechado, la dorada me toco a mí, y la de plomo a Matías. Es abiertamente expresivo en dejarme ver que le caigo mal. Hasta me ha dado sus razones. Debería enojarme, o sentirme mal, pero no. Su sinceridad descarada hace que me guste más. Porque no es falso, es sincero y va de frente. Si algo no le gusta lo dice sin problemas. Podría decirlo de maneras menos hirientes, pero así es él. Ni hablar del físico. Es tan mis gustos. Su piel se ve suave y su tono acanelado me encanta. Es chiquito, podría cargarlo con un solo brazo sin problemas. El color de su pelo y los piercings que tienen lo hacen ver aun mas llamativo. Sonare demasiado atrevido, quiero comérmelo entero, y me refiero de manera sexual. Así me tiene, de estúpido enamorado y calenturiento. Por eso últimamente se me está haciendo difícil no invadir su espacio las veces que hemos estados solos. El querer tirármele encima, y lo más santo que le haría es abrazarlo. Mejor despejo mi mente de esas cosas y cuando lo vea de nuevo no me voy a poder medir. Soy muy egoísta en mi cabeza, lo quiero para mi y solo para mi, pero me gusta tanto y realmente lo quiero, que solo quiero que sea feliz y estar a su lado así sea como amigos.

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Malos entendidos.
AcakEsta en el mismo universo que "Sabor a limón " pero es menos fresa la historia. Matias, un ser huraño que no le gusta que le digan que hacer o decir. Esta en su último año de la universidad y debe presentar proyectos y su tesis, quiero hacer todo so...