Capitulo 11

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Hacía mucho que no comía a reventar en la noche y comida tan deliciosa. En verdad cocinan muy bien en el trabajo de Tomas. Si comiera así todas las noches más lo que me alimenta en los mediodías Tomas, podría subir de peso. Pero tampoco puedo ni quiero abusar de su supuesta amabilidad. Si supiera sus intenciones, porque sé que las tiene, podría saber si aprovecharme o no. Bueno, queda mal decir aprovecharme, pero se entiende a donde voy. Tampoco me sentiría bien aprovechándome. Porque si lo hace por el simple hecho de ser amable me carcomería por dentro y me haría mala persona.

Ya es domingo y sigo en la cama. Hacer tiempo en la cama es muy cómodo. Esta calentito y el día es perfecto. Esta frio y lluvioso. Con menos razón para salir de la cama. Me faltaría un buen café y alguna media luna para desayunar en la cama y estoy perfecto. Son las once de la mañana, debería desayunar algo. ¡Pero estoy tan cómodo! ¡No quiero salir de la cama! Revise mi celular para ver si tenía alguna notificación de algo. Solo noticias y promociones y propagandas. Claro, nadie me habla, así que cuando me cae un mensaje me llamo la atención. ¿Sera Samu? Ah, no, es Tomas. Rodé los ojos viendo la pantalla ¿Qué no tiene vida?

GIGANTONTO

"Seguis durmiendo marmota?"

YO

"No, y si aun dormía es problema mio"

"Es domingo"

"No trabajaste hasta tarde anoche?"

"Deberias estar durmiendo y cansado"

GIGANTONTO

"Estoy cansado si, pero no es excusa"

"Hay que desayunar y molestarte"

YO

"Como molestarme?"

GIGANTONTO

"Abrime o abro yo"

"Acordate que tengo la llave de tu casa"

La conferencia. ¿Enserio está en la puerta de mi casa? Sali lo más rápido de la cama posible para ir a abrirle. Pero para gritarle y mandarlo a la casa de nuevo. ¡Es domingo, que no me joda! Llegué rápido a la puerta y la abrí.

- ¿No tenes nada mejor que hacer? – abrí la puerta con todo el enojo posible, olvidándome de todo lo que podría pasar a consecuencia después. –

-Buenos días para vos también. ¿No tenes frio? – tenía unas cosas en las manos y me miraba con una ceja alzada. Hace frio ahora que lo dice, estaba tan cómodo y calentito en la cama, en ropa interior. ¡En ropa interior! – cerré la puerta de golpe completamente avergonzado y enojado. –

-Heyyy – se escuchó a Tomas quejarse del otro lado. – Eso fue muy grosero.

- ¡Callate! ¿A qué viniste? – grite contra la puerta. –

-A hacer el desayuno y el almuerzo, es más que obvio que ni un café seguro tomaste.

-No estas errado, recién me levanto de la cama, ¡es más, me levante porque viniste a molestar! – sigo gritando. –

- ¿Queres comer o no? Hice mezcla para buñuelos.

-Bueno. Los buñuelos son muy ricos. Déjame ir a la pieza a cambiarme y podes pasar a la cocina mientras.

-Pero ya te vi, de nuevo, en ropa interior. ¿Cuál sería la diferencia si te veo ahora?

- ¡Que soy consciente de eso y no quiero! Acepta eso o te vas a tu casa. – ya estaba enojado. Como le gusta hacerme sentir avergonzado a mas no poder el maldito. –

Malos entendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora