Siento que debería levantarme, pero estoy tan cómodo, calentito y cómodo. Tomas es muy agradable, dormir de cucharita con él es fácil. Me gustaría saber lo que es dormir sobre su pecho, esas cosas son más grandes que las de una mujer, y son tan blanditos. Soy un degenerado, mejor sigo durmiendo, bastante tengo con sentir algo apuñalándome atrás.
Volví a despertarme, esta vez entraba una fina línea de luz por la ventana, la cortina no estaba bien corrida parece. Pero algo se siente diferente, no siento el placentero calor atrás mío. Me levante un poco para ver y no estaba. ¿Y ahora donde se metió? Agarre mi reloj digital de la mesa de noche de mi lado para ver la hora, es media mañana, con razón ya se levantó. Dudo que sea de las personas que duermen hasta las once de la mañana un domingo, por ejemplo.
-Ah, ya despertaste. – Tomas entro con la bandeja de desayuno en las manos. –
- ¿Preparaste el desayuno otra vez solo?
-Dormías muy cómodo, no quise despertarte. – dejo la bandeja sobre su mesa de noche y se sentó en la cama. - ¿Dormiste bien?
-Si, me desperté mas temprano, pero me volví a dormir, estaba cómodo.
-Bueno. Me alegra que durmieras bien. Estaba preocupado. – se inclino y poso su mano en mi cachete, acariciándome suavemente. – Y buenos días. – me regalo una sonrisa suave, de esas que te dejan bobo. Siento que me derrito. –
-Si, estoy bien. Y buenos días. – Dios, no hay momento que no me ponga nervioso. –
-Te va a dar frio estar así. – se levanto y fue hacia el ropero. – Se que te gusta usar mi ropa, aunque me lo niegues a muerte. – me dio uno de sus buzos, uno color verde oscuro. –
-Puedo usar mi ropa. – igual y me puse el buzo. –
-Preferiría que no usaras directamente. – casi me ahogo con mi saliva cuando lo escuche. ¿Desde cuándo es tan descarado? –
- ¿Dónde esta el Tomas que piensa antes de hablar?
-Le di vacaciones. Dijiste que querías que fuera yo mismo con vos ¿No?
-Si, ¿pero quiere decir que el Tomas amable y tierno era falso?
-No, solo soy así con vos por si no lo notaste. – se volvió a sentar de su lado de la cama, con un mate y masitas. –
- ¿Mate y masitas dulces para el desayuno?
- ¿No te gusta?
-Me encanta tomar mates. Pero no solo. Como explicarlo. Es algo tan de compartir, es la única bebida de infusión que puede durar todo lo que quieras y podes compartirla con quien quieras. Es algo demasiado social como para tomarlo solo.
-Con razón vivís a café.
-No metas al café en esto. ¿Puedo preguntar algo? – mientras me pasaba un mate. –
- ¿Qué?
- ¿Por qué carajos seguís desnudo? Bueno, desnudo, desnudo, no. Pero si en bóxer.
-Estoy cómodo. Y adentro de la casa no hace frio por la calefacción.
-Si, eso es entendible. Pero estoy acá. Entiendo que también es tu casa y podes andar como se te cante. ¡Pero estoy acá! ¿No te da vergüenza?
-Al principio si. Pero ya no tendría razones.
-Dios. Siento que libere un monstruo.
-Si te molesta decime y me vuelvo a vestir.
-Es tu casa, tus reglas, tus costumbres. Te dije desde un principio que no deberías cambiar nada porque yo estuviera acá.

ESTÁS LEYENDO
Malos entendidos.
RandomEsta en el mismo universo que "Sabor a limón " pero es menos fresa la historia. Matias, un ser huraño que no le gusta que le digan que hacer o decir. Esta en su último año de la universidad y debe presentar proyectos y su tesis, quiero hacer todo so...