Después de aquel verano nada volvió a ser igual.
Fingir no conocer a la persona por la cual tienes demasiados sentimientos puede ser algo doloroso, pero vivir con la ausencia de un ser querido puede doler más.
¿Sabrán volver a la normalidad aún cuan...
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Sarah
Esperaba a Liam en el aeropuerto, después de la discusión con los chicos no había hablado con ellos.
Estuve a punto de mandarle mensaje a Liam cuando lo ví a lo lejos buscándome con la mirada, cuando por fin me ubico casi corrió conmigo con una sonrisa.
— Tenía menos de una semana sin verte y ya te extrañaba—. Me rodeo con sus brazos abrazándome, sus maletas cayendo al piso.
— Sabía que no podías pasar mucho tiempo sin mí, Li.
— Mi corazón late por ti, la mia vita.
— Ahora hablas italiano?—. Fruncí el ceño mientras me separaba de él.
— Hay habilidades que aún no conoces de mi, amor.
Reí negando con la cabeza, ambos empezamos a caminar hacia mi auto.
— Oye Liam—. Lo mire metiendo sus maletas.
— Dime?
— Sobre lo de tu hospedaje...creo que sí tendrás que quedarte en ese hotel, lo siento.
Me miró sorprendido pero después me sonrió de una manera amable.
— Descuida, no sucede nada, de todos modos no tenía como opción quedarme contigo—. Le pegue en el hombro haciendo que riera.
— Lo siento, solamente que te lo dije antes de consultarlo con los chicos y ya sabes.
— Ya te dije que está bien, además puedo entender que no quieran en su casa a un extraño que además de querer robarse una habitación también quiera robarse el corazón de su hermana—. Me guiño un ojo haciéndome reír.
— Anda ya, tonto. Vamos a tu hotel y después te llevaré a que los conozcas.
Después de llevar a Liam aa dejar sus cosas y que se diera una larga ducha, ya estaba estacionado en casa.
— Bueno, si así es la casa por fuera no me quiero imaginar cómo es por dentro.
— Una preciosura.
Ambos bajamos sonriendo, mientras caminábamos a la entrada él me platicaba algunas cosas que le habían pasado en mi corta ausencia.
— Debo de advertirte que los chicos son algo...ocurrentes, no te dejes llevar mucho por lo que dicen—. Dije antes de abrir la puerta.
— Estoy ansioso por conocer a mi socio.
Negué riendo y ambos pasamos a la casa, al parecer estaban todos reunidos en los sillones jugando play.
— Ya llegue!
Todos se giraron al escuchar mi voz y fueron cero discretos en repasar a Liam.
— Chicos él es Liam, un amigo de la universidad—. Sonreí nerviosa.
