Después de aquel verano nada volvió a ser igual.
Fingir no conocer a la persona por la cual tienes demasiados sentimientos puede ser algo doloroso, pero vivir con la ausencia de un ser querido puede doler más.
¿Sabrán volver a la normalidad aún cuan...
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Sarah
— Como mamá vea esos tenis ahí le va a dar un infarto y te va a matar, Steven.
Sonreí divertida al ver cómo todos estábamos vueltos locos de un lado para otro. Dentro de unos minutos mi mamá y laurel estarían en casa.
— Iré a ordenar la comida, no falta mucho para que lleguen—. Murmuró Conrad al ver el desastre en el que nos estábamos convirtiendo.
Fui detrás de él observando como tomaba el teléfono fijo.
— En realidad puedes pedir comida para los chicos y para nosotros. Liam se ha ofrecido a traer la comida favorita de mamá, la cual básicamente es la misma que Laurel.
Asintió. Me senté en uno de los taburetes esperando a que terminara.
Liam estaría en la bienvenida de nuestras mamás, más que nada porque su regreso aquí tenía que ver con ello, dentro de unas horas saldría su vuelo de vuelta a Chicago.
— Quieres papas con queso?—. Asentí—. Mhm, dos órdenes de papas con queso, por favor.
Una vez terminó la llamada se acercó a mí y se hizo espacio entre mis piernas.
— Mamá dijo que en una hora estarían aquí—. Dije, disfrutando de su cercanía.
— Hace cuánto dijo eso?
— Cuarenta minutos? Estoy nerviosa, pensé que papá iba a venir pero al parecer nuevamente ha declinado a no venir—. Hice una mueca a lo que él dejo un pequeño beso en mis labios.
— Está ocupado, Sarah, además siempre hemos sido nosotros. Rara vez ellos están aquí.
— Tienes razón, como sea. Ya los extraño demasiado, se suponía que estás vacaciones las iba a pasar con ellos y termine aquí.
Sonrió levemente posando sus manos en mi cintura. Unió nuestros labios en un lento y tierno beso.
— Me alegro de que lo hayas hecho, de otra manera no estaríamos así.
— Lo sé—. Me encogí de hombros y sonreí cuando sonó el timbre—. Seguro es Liam, ahora vuelvo, sí?
Asintió y se hizo a un lado para poder levantarme. Deje un último beso en sus labios antes de ir a abrir la puerta.
— Llegué a tiempo?—. Sonrió y yo asentí—. Genial, la comida aún está caliente.
Me hice aún lado para que pudiera pasar y que los chicos pudieran saludarlo. He de admitir que fue un poco sorprendente el ver que Conrad lo "saludaba" con un gesto de cabeza y una pequeña sonrisa.
— Puedes dejar eso por allá—. El mayor de los Fisher apunto a la cocina a lo que Liam asintió pasando.
— Entonces Ian—. Puse los ojos al escuchar a Steven—. Ya que no pudiste ser mi padrastro ahora eres mi padrino, no?
