Después de aquel verano nada volvió a ser igual.
Fingir no conocer a la persona por la cual tienes demasiados sentimientos puede ser algo doloroso, pero vivir con la ausencia de un ser querido puede doler más.
¿Sabrán volver a la normalidad aún cuan...
aquí comienza nuestro triángulo amoroso; team liam o team conrad?
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Sarah
Desperté y gracias a que aún estaba oscuro pude descifrar que era de madrugada. Ni siquiera me dí cuenta de cuándo me quedé dormida.
Después del beso con Liam habíamos hablado de una manera cómoda aún sin mencionar nada sobre qué éramos ahora después de eso, pero supongo que por ahora así estábamos bien.
Me levanté de la cama con cuidado de no despertar a Liam quién dormía como momia en el sillón que estaba a un lado de la cama.
-flashback-
— Puedo dormir yo en el sofá, al fin de cuentas soy yo la que se colo a tu habitación—. Dije viendo como acomodaba algunas almohadas ahí.
— Estoy bien aquí, tú duerme en la cama, amor.
Sonreí apenada y se acercó a dejar un beso en mi frente para después mirarme fijamente a los ojos.
— Haré que no te arrepientas de ese beso, pero sé esperar hasta que estés lista, Sarah. Lo sabes, no?
Asentí cerrando los ojos.
— Agradezco que lo entiendas, Li.
— Yo debería ser el agradecido, tú estás dándome la oportunidad de conquistarte—. Sonrió—. Y espero estarlo logrando.
Y ese era Liam, con él no tenía que matarme la cabeza sobre si estaba interesado o no porque él se encargaba de ser claro conmigo.
-fin flashback-
Suspiré agarrando mi celular de la mesita de noche, al encenderlo ví todas las llamadas perdidas que tenía, y algunos mensajes en especial de Conrad.
Ví la hora; 5:45 a.m.
Estaba por salir el sol y yo tenía que regresar a casa después de todo. Me dí la libertad de tomar un poco de ropa de Liam, más tarde se la devolvería.
Me dí una ducha rápida y termine de arreglar algo del desastre que habíamos hecho.
Cuando salí del baño Liam aún estaba dormido así que con el pesar del mundo lo moví para que se despertara.
— Vuelve a la cama, Li, tengo que irme—. Susurré por instinto.
— Qué? Te vas?—. Su voz sonó ronca debido a que aún estaba algo dormido.
