SarahCuando desperté pude notar la ausencia de Conrad a mi lado. Tal vez se había despertado más temprano.
Talle mis ojos para despejarme un poco, aunque no sé cuánto tiempo me quedé viendo a un punto fijo sin importancia.
— La bella durmiente ha despertado!—. Taylor se dejó caer a un lado de mí mientras que Bell entraba con una pequeña sonrisa.
Me cubrí rápido con la sábana pensando que aún estaba desnuda pero por suerte llevaba una gran camisa en cima.
— Estaría bien que tocaran antes de entrar—. Sonreí con ironía.
— Ay ya, Sarah, de todos modos sabemos que o estás desnuda o estás vestida. No es nada que no hayamos visto.
— Qué?
— Taylor tiene razón. No creas que estamos tontas y no sabemos por qué tú y Conrad se vinieron tan temprano.
Mie mejillas se pusieron rojas al instante y de repente un bochorno invadió todo mi cuerpo.
— Dios santo.
— Con razón el señorito estaba de muy buen humor está mañana.
— Pueden callarse?
Ambas rieron, sonreí en respuesta mientras me levantaba de la cama buscando mis sandalias.
— Quieres que salgamos para que puedas vestirte decentemente?
— Sí, belly y yo iremos a vigilar que esos orangutanes no quemen la hermosa cocina.
— Están cocinando!?
— Ajá, así que hay dos opciones; nos envenenan o arruinan la cocina.
Reí. Ambas salieron de mi habitación aún haciendo bromas con respecto a Conrad y yo.
Entré al baño aún más dormida que despierta. Me dí una ducha rápida y me vestí cómodamente; un short algo corto y una blusa que me llegaba hasta los muslos. Al menos estaba más decente que antes.
Baje las escaleras cepillando mi pelo pero me fue inevitable no asustarme cuando una espátula salió volando de la cocina.
— Steven!
— Jeremiah empezó!
Escuché los gritos provenientes de la cocina y entre preparada para aquella pelea.
— Qué demonios sucede aquí?
Todos parecieron entrar en razón y se quedaron callados como niños regañados.
— Steven y Jeremiah han empezado a lanzarse las espátulas—. Conrad sonrió acercándose a mí y dejando un casto beso en mis labios—. Buenos días por cierto.
— Buenos días—. Sonreí.
— Ah nosotras no nos haz recibido de esa manera—. La rubia frunció el ceño.
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The Story of Us || Conrad Fisher
Hayran KurguDespués de aquel verano nada volvió a ser igual. Fingir no conocer a la persona por la cual tienes demasiados sentimientos puede ser algo doloroso, pero vivir con la ausencia de un ser querido puede doler más. ¿Sabrán volver a la normalidad aún cuan...