Después de aquel verano nada volvió a ser igual.
Fingir no conocer a la persona por la cual tienes demasiados sentimientos puede ser algo doloroso, pero vivir con la ausencia de un ser querido puede doler más.
¿Sabrán volver a la normalidad aún cuan...
se me olvidó decirlo en el cap anterior, pero el color del traje de liam tiene un significado al igual que el color de Sarah y Connie<3
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Sarah
Se encontraba recargado en el auto mientras fumaba. Parece estar tranquilo.
— Hey, aquí estás. Te estaba buscando.
— Mhm—. Me miró de reojo cuando puse a un lado de él.
— Perdón, no quería que te molestarás por eso, solamente pensé que—. Me interrumpió.
— No estoy molesto—. Frunció el ceño—. Sé que es tu amigo después de todo, me salí para que no te sintieras incómoda. Después de todo no puedo privarte de algo solamente porque a mí no me gusta.
— Al menos hiciste el intento—. El amago de una sonrisa apareció en su comisura—. Me estaba durmiendo esa canción.
Rió negando, poso su brazo al rededor de mis hombros atrayendo mi cuerpo al suyo.
— Me gusto verte sonreír así; después de todo tengo que agradecerle a Liam.
Negué, me puse en frente de él para rodear su nuca con mis brazos y atraerlo a mí. Hice que dejara caer el cigarrillo para que rodeará mi cintura, era un beso algo apresurado aunque podía sentir el tenue sabor al tabaco.
— Quieres volver a casa?—. Murmuré tímida en sus labios—. Los chicos aún se quedarán.
Asintió rápido abriendo la puerta del copiloto para mí y después subir él.
Estaba un poco nerviosa: no sabía si se debía a lo rápido que manejaba o a la pequeña insinuación que había hecho.
Espero no arrepentirme de esto...
Llegamos a casa rápido, apenas estaba ayudando a abrir mi puerta cuando yo ya me había abalanzado a besarlo salvajemente. Fue rápido en cerrar nuevamente la puerta y entrar a la casa, ni siquiera escuché cuando cerró la misma.
— Es mejor ir arriba—. Asentí con la respiración agitada.
Hizo que enrollar mis piernas al rededor de su cintura, era algo incómodo debido al vestido pero decidí no quejarme. Cuando acordé ya estábamos en mi habitación, la única luz que entraba era la de la luna que colaba por la ventana.
— Estás segura? No tenemos porque h—. Lo calle juntando nuevamente nuestros labios.
— Cállate.
Sonrió, bajo sus besos hacia mi cuello, era algo tan placentero que casi me dió vergüenza el pequeño jadeo que salió involuntariamente de mis labios.
Bajo lentamente los tirantes de mi vestido, mi cuerpo tensandose debido a que no llevaba sostén.
Todo tipo de razonamiento se fue a la mierda cuando empezó a darme placer con su boca, ni siquiera entendía cómo lograba hacerme sentir demasiado.
