¿Estarías dispuesta a ir a una subasta fuera de lo común?
¿Serías capaz de subastar tu cuerpo solo por un beneficio económico?
¿Qué serías capaz de hacer por salvar a tus padres?
Atención: Contenido Adulto ( escenas explicitas sexuales, agresión fís...
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Le había marcado un par de veces a Selena, y ninguna de aquellas llamadas había recibido respuesta. Y cada vez la molestia estaba creciendo, aunque lo que la pelirroja me había dicho no compaginaba con lo que vi, con las lágrimas en los ojos de ella, ni en la manera que me había hablado ese día, estaba dolida, triste y se sentía abandonada.
—¿Estás bien? — preguntó la madre de Taylor y yo negué.
—Quiero un trago — le dije y molesta me fui al bar.
Mierda, estaba furiosa y solo había una persona que podría quitarme el enojo. Había notado que a Selena le gustaba el whiskey, no sabía porque pero me serví un poco, al probarlo sentí que me quemaba la garganta, un gesto de asco apareció en mi garganta. ¡Que mierda más fuerte!, ¿por qué le gusta tanto?
—¿Tan mal te parece mi elección? — la escuché a mis espaldas.
Volteé y la miré, tan serena y lejana, es tan hermosa, tan femenina y tan sensual, suspiré y mi mirada se dirigió al ramo de rosas que traía.
—Quería hablar contigo de urgencia, te llamé y no respondiste — hablé seria aunque ya el enojo se había disipado un poco y un mareo repentino llegó.
—Estaba ocupada cariño, pero te traje esto — me extendió el ramo de rosas— parece que estás molesta, ¿todo bien con tu amiguito? — preguntó acercándose para servirse un trago.
La observé, metió en el vaso de cristal tres cubos de hielo — Vi a tu ex — dije con voz áspera, pero no se inmutó, tomó la botella y llenó hasta la mitad el vaso — me abofeteó — gruñí apretando mi mandíbula, cada vez me molestaba el no haberle respondido el golpe — dijo muchas cosas, entre esas que ella no sabía que te querías divorciar.
Tomó un sorbo de su trago y me miró — Ya veo — acaricia mi mejilla golpeada — te dejó los dedos marcados — habla bajo y luego vuelve a tomar otro sorbo — ¿le creíste? — pregunta con voz suave.
Suspiré, ¿creerle?, no sé, estoy molesta porque me golpeó y porque se cree con derechos hacia ella. Y porque siento dudas, dudas que quiero que ella responda.
—Mencionó a Andrea — arquee una ceja y la mire sería.
Una media sonrisa se dibujó en sus labios — Ella— guardo silencio — bueno, ambas estaban en una especie de competencia y eso también fue una de mis razones para divorciarme, yo nunca le interesé en realidad, solo quería saber cuán grandes eran sus atributos — suspiró con voz carrasposa— además de que me engañó con su asistente— me miró a los ojos mientras bebía de nuevo de su trago — ¿no te gustó?, ¡vaya!, y eso que me costó casi quinientos dólares — negó y volvió a servir.
Suspiré — ¿Por que apareció?, se le notaba muy afectada, no sé, fuera de si — me encogí de hombros, aún existían miedos, miedos que no me dijera la verdad, aunque no podía dudar de ella, nunca ha hecho nada que me haga dudar de ella, de lo íntegra que es.
