¿Estarías dispuesta a ir a una subasta fuera de lo común?
¿Serías capaz de subastar tu cuerpo solo por un beneficio económico?
¿Qué serías capaz de hacer por salvar a tus padres?
Atención: Contenido Adulto ( escenas explicitas sexuales, agresión fís...
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—La amaba con locura— finalizó y con esa última oración también finalizó el último sorbo de té de hierbas.
La miré sin vergüenza y me permití estudiarla, es una mujer hermosa, rubia y ojos claros, tiene un buen cuerpo y es mayor, aunque me tomó por sorpresa, la verdad no me distorsionó lo que me dijo.
—Pensé que nuestro encuentro sería diferente — hablé — ¿quieres más té? — le cuestioné.
Miró su taza pensativa y asintió —¿Porqué no? — pregunta y yo le sonrío.
Le serví más té, su fragancia y elegancia era innegable, se notaba a leguas que nunca ha tenido la necesidad de echarle agua al shampoo.
—Gracias por responder mis preguntas — me agradecí sin saber que más hacer.
—Ahora ya sé porque siempre tenía reuniones de emergencia, eres hermosa, tengo que reconocer que tiene un buen gusto — aquella confesión me hizo sentir molesta y al mismo tiempo con vergüenza.
¿Por qué tenía que mentirlos a ambas?
—Realmente si yo hubiera sabido...— no complete la oración ya que también a quien en engaño, quizás no le hubiera creído, además no estaba en una buena posición.
Bufó —Da igual, solo quería darle un rostro a las veces que me mintió y el motivo mayor de nuestro divorcio.
—Me gustaría que me ayudara en toda la información que pueda darme — le pedí.
Tomó un sorbo de su té y se echó el cabello hacia atrás — Hay algo que aprendí a la mala señorita Quinn — me dice y yo la veo sin entender — no te metas con ellos— me advierte.
—¿Por qué? — cuestioné un poco molesta y confundida.
—Si accedí a conocerte fue solo por curiosidad — me suelta.
Si pero apareció sin decírmelo y llevándome una sorpresa, no tenía idea en cómo lucía y menos en que aparecería en medio de la noche.
—No esperaba que aparecerías así — le digo.
Se rio — Por lo mismo, porque no quiero que nadie nos vea juntas, así por favor, ya no mandes a ese hombre y tampoco insistas en tocar de nuevo el tema, querías saber la historia ya te la di — se levantó de la silla — gracias por el té y por la conversación.
No insistí en que se quedara pero ahora tenía más curiosidad.
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