🌷•Capítulo 5• 🌷

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Estaba preocupada, no podía nada más repetirme en mi cabeza, es tarde, es tarde, es tarde

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Estaba preocupada, no podía nada más repetirme en mi cabeza, es tarde, es tarde, es tarde.

Ella había sido muy clara, podía hacer lo que quisiera durante el día, pero a las seis ya debía estar en casa, sin importar que.

Era tarde, miraba mi teléfono y tragué en seco, eran las siete y media, y yo apenas estaba llegando. No quería tener problemas, nunca la he visto molesta o de mal humor, pero una parte de mi, una parte tiene miedo de enfrentarse a una ojicafé molesta por algo que yo hice.

Cuando entré por la puerta me sentía muy nerviosa y ansiosa, me encaminé de inmediato hacia las escaleras, no sin antes quitarme los zapatos y ponerme unas sandalias que usaba solamente para estar en la casa.

Pero el sonido de un piano llamó mi atención, nunca había escuchado esa melodía.

Quizás si mi amigo estuviera aquí fuese el más feliz, el fue el típico chico popular, talentoso y guapo en la escuela, y ahora está estudiando para volverse músico profesional y toca el piano como un experto, al menos yo lo pienso así.

No lo pude evitar y me guié por el sonido que creaban las teclas blancas y negras, era una melodía celestial, como si te estuvieran explicando lo que es el romance, el estar en busca y el encontrar el amor.

Suspiré, quien fuera quien lo está tocando, lo hacía con mucha delicadeza y amabilidad.

La casa de la ojicafé es muy grande, hay muchas habitaciones que no me he atrevido a ir, pero esta vez no me detuve y me dirigí hacia el pasillo y mientras más caminaba más cerca de escuchaba el piano, llegué a otra sala.

Y ahí estaba ella sentada de espaldas, en el banco del piano pero no lo estaba tocando, había una pequeña bocina que estaba reproduciendo la melodía.

Me acerqué a ella y toqué su hombro.

Se dio la vuelta y por primera vez la vi diferente, tenia una mirada oscura y lágrimas caían por sus mejillas.

Apago la bocina casi de inmediato — Oh, lo siento, no te escuché llegar — me regaló una sonrisa espléndida.

¿Así de fácil cambia de humor?, ¿cuántas veces ha fingido estar bien?, ¿por qué me empieza a interesar si esta o no feliz?

—Yo...lamento llegar tarde, puedo explicarlo — me apresuré a decir.

Se llevó los dorsos de sus dedos a su mejilla limpiando las lágrimas, y una parte de mi quería acercarse y abrazarla, porque verle así era muy extraño y otra más racional me obligaba a mantenerme lejos.

Sorbió por la nariz y se dio la vuelta ignorando lo que había dicho, pegó sus codos en la tapa del piano y se mantuvo en silencio.

Me acerqué un poco más.

—¿Se siente bien? — pregunté.

—Creí que te habías ido — respondió seria — habíamos llegado a un acuerdo, y parece que no te importa — su molestia era entendible.

Amor Ilícito •|Selena Gomez|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora