¿Estarías dispuesta a ir a una subasta fuera de lo común?
¿Serías capaz de subastar tu cuerpo solo por un beneficio económico?
¿Qué serías capaz de hacer por salvar a tus padres?
Atención: Contenido Adulto ( escenas explicitas sexuales, agresión fís...
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—Selena — susurré bajo mientras besaba y mordisqueaba mi espalda.
Esta posición me está dejando expuesta, muy expuesta ante ella.
—Me encanta — su voz estaba ronca y una de sus manos apretaba una de mis nalgas.
Mis caderas se movían a su ritmo, y mis manos se apretaban a las sábanas blancas.
—Ah, si — gemí mordiéndome el labio inferior.
Aún estoy molesta, no puedo borrar de mi cabeza ese chupón, desde ayer no dejo de pensar tonterías.
Su mano aprieta con más fuerza mi trasero y fruncí el ceño, duele pero me gusta, me gusta todo lo que hace, saca sus dedos de mi, para tomar mi trasero con las dos manos apretándolo.
— Me encanta — dice y siento como muerde una nalga y luego la otra, y se ayuda a abrirlo con sus manos — estás tan mojada — susurra y siento como su lengua empieza a comerme.
Gemí, no puedo controlarme, no cuando lo hace así.
—¡Ah, Dios, si! — gemí sintiendo como movía su lengua en círculos y de arriba abajo, era como si yo fuera una paleta que se le estaba derritiendo en el sol.
Sus manos bajaron hasta mis piernas y volvieron a subir a mis nalgas, pero esta vez dándome una nalgada, no tan fuerte pero si lo suficiente como para excitarme más aún.
—¡Ah, yo..Ah! — gemí moviendo mis caderas y apretando las sábanas.
No quiero venirme, no ahora, quiero sentirla más.
Su lengua seguía sin darme tregua y sus manos chocando en mis nalgas, solo hacía más imposible mantener la calma.
Porque ahora mi cuerpo sentía, lo que siente mi corazón.
Dolor y placer.
—Ahh, yo...mmmh, Selena — dije sin pensarlo cuando me vine en su boca después de que ella introdujera su lengua adentro de mi.
Mierda...
Me dio una última nalgada y yo apreté las sábanas, hace tiempo no me lo hacía así.
Me dejé caer a la cama boca abajo y ella acarició mi espalda.
Relami mis labios.
Se acostó a mi lado y acarició mi rostro, llevé mi mano a su rostro y me acomodé para abrazarla.
—Yo también quiero hacerla sentir bien — dije acariciandola en medio de sus pechos.
Llevó su mano a mi muñeca.
—Lo sé — respondió con voz suave.
Me moví para poder estar encima de ella, su calor y su cuerpo desnudo, quiero hacerlo las veces que quiera, las veces que necesite.
