¿Estarías dispuesta a ir a una subasta fuera de lo común?
¿Serías capaz de subastar tu cuerpo solo por un beneficio económico?
¿Qué serías capaz de hacer por salvar a tus padres?
Atención: Contenido Adulto ( escenas explicitas sexuales, agresión fís...
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✨Selena✨
En la oscuridad de mi habitación el único ruido que se escuchaba era el ronroneo del gato al cual me he aferrado por años y por alguna razón él también lo ha hecho conmigo , en voz alta nunca podría admitir que lo quería con locura y que ya no me sentía tan sola sin el.
—Buenos días— le susurro y acaricio su peludo costado y de inmediato se levanta para frotarse en mi, su ronroneo me tranquiliza y cierro los ojos sin dejar de acariciarlo.
Al instante escucho abrir la puerta—¡Buenos días mamita!, ¡ya es hora de levantarse y tengo hambre! —saluda con entusiasmo y se lanza a mi cama.
Sonreí, a pesar de que aveces es mucha responsabilidad y me gustaría olvidar, dejarla ir, no puedo.
—¿Dormiste bien?—pregunto cuando ya la tengo arriba de mi regazo y mis manos rodean su espalda.
—Mas o menos, los ronquidos de papá se escuchaban hasta en mi habitación— se queja y beso su frente.
—¿Haces lo que siempre te digo? — pregunté esperando una confirmación.
—Si, siempre– responde sin pensarlo y eso hace que la tensión de mis hombros desaparecen.
Guardo silencio y la sigo acariciando su espalda y besando su frente, en terapia Daney mencionó que para ser una madre funcional debo darle cariño, forjar lazos de confianza y felicitar sus logros y corregir sus errores. Me pregunto si lo estoy haciendo bien. Me pregunto si soy buena madre, aveces pienso que no lo hago bien.
—Mi abuelo me invitó a almorzar, ¿puedo ir? —pregunta de pronto.
Fruncí el ceño y negué con la cabeza—Ya te he dicho que no puedes quedarte a solas con un adulto, solo puedes hablarles o tomar algo con ellos si yo estoy a tu lado —trato de hablarle suave aunque sé que va a pasar, Jane tiene el mismo temperamento que yo, quiere todo y no acepta un no.
—¡Yo quiero ir!, ¡me dijo que vamos a tomar el té y me va a comprar la casa de muñecas!— se levanta de mi regazo y comienza a sollozar frunciendo el ceño, me puedo ver reflejada en ella y me pregunto: ¿he sido así de insoportable?
—Dije que no— respondo, se levanta de mi regazo refunfuñando y bajando de la cama rápidamente.
Tira la puerta y yo suspiro, casi al instante Nicolas se acuesta en mi regazo, y lo abrazo.
—¿Crees que hago bien las cosas? —le pregunto como si pudiera darme una respuesta y empiezo a acariciarlo —así pensé que era tener un bebé— lo beso– pensé que sería como tenerte a ti, darle cariño, hablarle de vez en cuando y darle de comer—suspiro.
—¡Señora! —escucho como me llaman desde afuera y tocan la puerta— ¡señora!— repite insistente.
Suspiro, ni siquiera un día puedo estar tranquila.
