¿Estarías dispuesta a ir a una subasta fuera de lo común?
¿Serías capaz de subastar tu cuerpo solo por un beneficio económico?
¿Qué serías capaz de hacer por salvar a tus padres?
Atención: Contenido Adulto ( escenas explicitas sexuales, agresión fís...
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—¿Qué le parece señorita Quinn? — pregunta la diseñadora de interiores.
Miré a mi alrededor, me gustaba los detalles del techo oscuro y las luces de color verde, algunas más largas que otras y los pequeños pájaros de luces tenue.
—Me gusta — asentí un par de veces— es un color sobrio y elegante.
—Si, en efecto señorita, usted pidió algo diferente y que resaltara la sobriedad, elegancia y el modernismo— empieza a hablar sin freno — pensamos que la entrada sería adecuado dejarlo transparente con luces, y el piso de mármol, que haga contraste y que la experiencia sea diferente desde que entren.
Me mordí el labio imaginándolo, me gustaba la idea, el techo tenía dos niveles y las luces colgando le venían de maravilla, el marco adornado con piedras, las paredes oscuras y figuras geométricas de color oro, me gustaba mucho, unas luces largas en la pared que también le daban un toque moderno, el piso negro y blanco, las sillas de terciopelo azules y verdes, las mesas redondas verdes y enmarcadas en color oro, era una combinación de mis ideas y de Léa.
—Me gusta lo que veo — confirmo.
Sonríe ampliamente — Me alegra, créame que nos estamos esforzándonos para dejar el lugar tal y como quiere.
El menú y mi cocina eran una combinación de todo mi tiempo en Europa y algunos toques latinos, ya que me gustaba los sabores fuertes, combinar y romper reglas.
—Bueno, solo quería ver los avances, ya que espero que el jueves esté todo listo — la miré expectante.
—La fecha que estimamos, es la fecha que será entregado y si es posible mucho antes. Créame que somos profesionales — puntualizó.
Arquee una ceja — Eso espero — extendí mi mano para despedirme.
Ambas la estrechamos y me marché, saqué mi iPhone de mi bolso, revisé mi cuenta bancaria y suspiré.
—Contesta — musité antes de marcarle a mi pesadilla.
—¡Buenos días mi querida gallina de los huevos de oro! — rodee los ojos y sonreí.
—Tardes — corregí — ¿tienes lo que te pedí?— pregunté fingiendo molestia.
—Claro, y también empecé a invitar a personas importantes para la apertura, críticos y periodistas — asentí viendo el piso.
Es la parte que odio, la presión y mi deseo que todo salga perfecto. En la cocina me convierto en alguien que no soy.
—No estoy de acuerdo.
Chasquea la lengua — ¡Lo sé!, pero escúchame, es importante, necesitamos cobertura y además están todos pendientes de ti, los amigos que dejaste en Francia, Francia misma está esperando noticias tuyas — me esta elogiando para que caiga.