🌷•Capítulo 62•🌷

337 27 8
                                    

—¿Cuánto vino has tomado? — le pregunté al sentarnos en la arena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



—¿Cuánto vino has tomado? — le pregunté al sentarnos en la arena.

Bufó —No lo suficiente — me confesó.

Observé el mar y suspiré, en su aliento se sentía el alcohol y el sabor a uva, aunque sabía que es absurdo tratar de indagar los motivos, mi curiosidad lo deseaba.

—¿Ha pasado algo en particular?, habías dicho que ya no tomabas — cuestione sin esperanza que respondiera.

Sentí como se acercó y como pegó su cabeza en mi hombro, recorrió en mi espina dorsal un escalofrío al sentir su nariz olfateando mi cuello, ¿en qué momento se acercó tanto?

—Hueles a comida, a carne y a salmón — habla divertida y una media sonrisa de dibuja en mi rostro.

—Estaba trabajando y quise ser puntual— le recuerdo.

—¿Debería de haber pasado algo? — cuestiona —solo fue un día pesado — su tono resignado me hace asentir.

Saco mi brazo y la cubro con el, no se inmutó, voltee la verla y besé su frente.

—Olvida lo que dije, estuvo fuera de lugar —dice después de unos minutos en silencio.

—¿Es necesario decir algo así ? — le pregunto divertida.— porque a mí me gustó mucho.

—Quinn....—antes de que replicara o dijera algo que me irritara, busqué sus labios y la besé.

Sus labios carnosos y los míos se unieron en un beso, uno que empezó lento y suave, de inmediato nuestros cuerpos se acomodaron y mis manos bajaron a su cintura y sus manos se escondió en mi cabello, su lengua entró a escena y la mía la recibió gustosa. Poco a poco la pegaba más hacia a mi y el beso se volvía más fogoso, apasionado e intenso, en un momento nuestros labios se separaron y busqué su cuello para besarlo

—Mmm— de sus labios se escapó un suspiro y mis manos empezaron a apretarla un poco más.

—Vámonos de aquí — dije sobre su cuello sin ni siquiera pensarlo detenidamente solo dejándome llevar.

Asiente — Si.

Teníamos los zapatos llenos de arena y definitivamente había sido una pésima idea haber tenido una caminata, y pensé que sería diferente, voltee a verla por unos segundos, su casa estaba muy lejos y en mi casa estaban mis padres, así que opté por buscar un hotel, uno que esté situado en un posición reservada o difícil acceso, no replico y tampoco hizo algún comentario, así que ingrese y busqué un parqueo.

—Quédate aquí, iré a reservar una habitación y cuando la tenga te aviso — suelto el cinturón.

—Bien.

No voltee a verla y solo hice lo que le dije, me tomó un poco de tiempo porque la recepcionista estaba de malas y yo también, así que hubo un pequeño roce pero al final me dieron una habitación en el segundo piso, le envié un mensaje para que llegara a la habitación y así apagara el auto, no pensaba ir a buscarla. Ni siquiera sabía cómo estaba aquí, no me medí la boca, solamente me dejé llevar por el deseo.

Amor Ilícito •|Selena Gomez|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora