Vulnerables I: GIRASOL

Culpa

Elena

Después de mí, el salón completo sale detrás. Leo lleva a Matthew al pasillo cercano a las escaleras... y en estos momentos lo está golpeando.

Le pega tan fuerte que los que estamos mirando casi podemos sentir el dolor de Matthew.

Hay tanta rabia y tanto enfado en los ojos de Leo, que comienzo a temblar. Parece otro; es agresivo, lo golpea con tantas ganas que si no lo apartan va a matarlo. Tony intenta acercarse a él como puede, Max no la deja. ¿Qué pasa si la golpea sin querer? Ni siquiera quería pensar en eso. Todo esto es mi culpa. Él se estaba peleando por mi causa. Si algún profesor los ve, serían capaces de quitarle la beca.

-¡Leo para! -grita Tony con lágrimas en los ojos, pero él no la escucha.

Matthew tiene el rostro lleno de sangre, aún así logra darle también a Leo y ahora sangra en la boca y tiene un golpe en el ojo derecho.

Tengo que parar esto.

Cuando Matthew cae al suelo y Leo va a por él otra vez, me le atravieso en frente y lo tomo de los brazos. Forcejea conmigo con la mirada aún en el chico que se queja en el suelo. No me hace caso cuando digo su nombre. Su pecho sube y baja con ferocidad.

-¡Leo! -Coloco las manos en su pecho para impedir que avance -.¡Leo!

-Déjame acabar con ese hijo de puta, va a aprender a no joderte más -masculla apretando los dientes.

Intento verme lo más calmada posible, pero por dentro estoy aterrada. Tengo miedo de que él pierda el control por completo y lastime a Matthew más de la cuenta y con ello se condene él mismo.

-No puedes hacerlo. -Subo las manos a sus mejillas y hago que me vea, difícilmente lo logro -. Tu hermana está llorando, por favor para.

Sigue agitado, pero poco a poco la ira que vi en sus ojos cuando peleaba está desapareciendo. Parpadea lentamente y asiente mirando de reojo a su hermana. El golpe en su ojo derecho se está hinchando y la sangre mancha su camisa y sus manos.

Su respiración poco a poco vuelve a la normalidad, mira hacia Matthew y luego hacia mí de nuevo, luego hacia los observadores. Recién recordaba que todos nos estaban mirando. Tony no está por ningún lado.

-¡Pero que ha pasado aquí!

Uno de los maestros ve a Matthew en el suelo inconsciente y va de inmediato a socorrerlo. Otro pregunta quien ha empezado y al ver a Leo con sangre, se lo llevan a la dirección. Intento ir pero me lo impiden y tengo que regresar al salón, molesta, y con los puños apretados.

-Al final mentiste Elena, los dos mintieron.

«Ella de verdad no se cansa».

Kate ya me está resultando demasiado intensa. Una exhalación violenta sale de mí y aprieto más fuerte los puños.

-Todo empezó por tu culpa, así que cierra la maldita boca antes de que seamos las siguientes en ir a la dirección.

No me quedo a mirar su reacción, sigo hacia mi puesto y me siento con las miradas de todos encima. Bajo la vista hasta mis manos en la mesa, las palmas están llenas de marcas de mis uñas, ahora comenzaba a sentir el dolor.

-¿Estás bien? -Tony nota las marcas.

-¿Tú estás bien?

Ella bufa y toma mis manos.

-Tú eres la que tiene esas marcas.

-Y tú la que estabas llorando.

Hace una mueca y veo que está aguantando las ganas de llorar otra vez.