Salvada dos veces (Editado)

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Elena

Para mí el miedo siempre ha sido un sentimiento que te obliga a actuar por impulso, y que te hace quedar en ridículo, a parte de los temblores y la taquicardia por supuesto.

Siento ese miedo mientras veo a Matthew y a sus amigos mirarme y reír a la vez, murmurar cosas que no puedo escuchar pero me las imagino. Casi al mismo tiempo veo a Max levantarse de la silla en cuanto el timbre suena sin mirar atrás. Antes se quedaba conmigo en el recreo para hacerme compañía. Solía querer a mi primo, mucho. Ahora todo ese amor se ha transformado en decepción.

El salón se está quedando vacío, no me puedo quedar aquí. No con ellos observándome de esa manera. Recojo mis libros y camino hacia la puerta.

-Oye, ¿me mostrarías la escuela? es que voy algo perdida -la chica nueva me detiene a medio camino.

«Lo siento».

«Tengo que irme, ahora».

-¿Puede ser en otro momento?

Salgo corriendo por los pasillos sin mirar atrás. No quiero pensar que ellos me están persiguiendo. No tenía que haber venido hoy, ya me extrañaba que no hicieran algo como esto el primer día.

Choco con algo, me quejo, y sobo mi frente.

«Duele».

-¿No está prohibido correr en los pasillos?

Subo la mirada hasta chocar con unos ojos oscuros que me miran molestos. Es la primera vez que lo escucho hablar, su voz es arisca y áspera. Está enfadado.

Leo también soba su nariz y frunce el ceño cuando me mira.

-L-lo siento -me disculpo.

Volteo hacia atrás y veo a esos chicos de nuevo, me están buscando. Corro hacia el patio trasero, el lugar donde siempre me escondo a leer. Me apoyo en mis rodillas para tomar aire. Espero que ya no vengan.

-Así que aquí es donde te escondes.

Matthew siempre se encarga de arruinar mis horas en la escuela.

-Déjame en paz -es lo primero que se me ocurre decir.

Que tonta, como si ellos me fueran a hacer caso.

Él, junto con los otros tres se acercan a mí mientras yo retrocedo. Estoy temblando, y mi corazón está a punto de salírseme del pecho.

-Muy bonita la foto esa en la que sales.

No puedo retroceder más, mi espalda toca la serca y sé que estoy perdida. Los cuatro me rodean, bajo la cabeza y muerdo mi labio inferior, fuerte, hasta que siento el sabor de la sangre.

-¿Te digo un secreto? -Matthew se acerca mucho más, hasta que su cara está a centímetros de la mía -.Yo la subí.

Levanto la vista y lo veo a los ojos perpleja, aguantando las lágrimas.

Él me observa con los ojos entrecerrados..

-¿Qué pasa con tus ojos? ¿Usas lentes ahora?

-Déjenme ya, por favor.

Odiaba tener que suplicarles, odiaba tener que correr.

-Es una lástima, nos gustabas más antes. Supongo que después de salir de aquella clínica fue la primera estupidez que hiciste.

Comienzo a ver todo distorsionado y no por las lágrimas. Me estoy mareando y mi respiración se vuelve entrecortada. Ese sonido irritante de las cámaras al tomar fotos retumba en mis oídos al igual que los latidos de mi corazón.

Vulnerables I: GIRASOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora