Medicina

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Elena

Papá fue a agradecerle a Leo en cuanto se enteró de todo, incluso le ofreció dinero, -algo totalmente fuera de lugar - Leo no aceptó.

Tuve que explicar demasiadas cosas a Tony y a Jessica, y aclararle varias a mis padres. Cómo por ejemplo, la razón por la cual Leo había recibido un mensaje de Matthew.

-Somos amigos -les expliqué -. Matthew quiso que él se alejara de mí, y le envió ese vídeo.

-Gracias al cielo no encontraron ninguna otra copia. -Papá pareció al menos estar convencido de mi respuesta -. Es un buen amigo ese chico. Su madre lo ha criado bien.

Desapareció de la sala dejándome a solas con mamá, quien parecía no haberse tragado del todo lo que había dicho.

-¿Qué tienes con ese chico? -fue al grano, como siempre.

-Es mi amigo.

Ella asintió apretando los labios, luego avanzó unos pasos más hasta quedar frente a mí. Ni siquiera me moví del lugar.

-Un amigo al que ese niñato enfermo manda un vídeo tuyo y un mensaje como clara señal de aléjate de ella. -Asintió con la cabeza, yo tragué en seco. A veces me ignora, me desprecia y me trata horrible; pero es demasiado observadora, sobre todo conmigo estos último meses -. Voy a volver a hacer la pregunta, Elena. ¿Qué tienes con ese chico?

-Ya te dije que es mi amigo -le dije un poco más seria, con la mirada fija en sus ojos.

Inclinó la cabeza hacia un lado, casi pude ver un atisbo de diversión en su rostro. Fruncí el ceño, había algo raro en su comportamiento.

-Un amigo con el que te besas.

-¿Qué? -Alcé las cejas.

Se armó un lío en mi cabeza en ese momento, me llené de preguntas. ¿Hacía cuanto me estaba espiando? ¿Me estaba espiando? ¿En que momento sucedió todo esto?

-Mamá yo...

-No he visto nada -me aclaró de inmediato. Pareciera que hubiese leído mi mente -. Pero no soy estúpida, y aunque tú y tu hermana lo duden, conozco a todos mis hijos como a la palma de mi mano.

Su rostro permanece impasible, y así de brazos cruzados luce intimidante, me siento pequeña cuando en realidad somos del mismo tamaño. Algo en mí me dijo que no tenía caso negarlo si ya lo sabía. Sólo tendría que encontrar la manera de cuidarlo a él y a su familia.

Definitivamente Eileen no podía perder su trabajo por mi culpa.

-No quiero que él...

-No voy a hacer nada ni con él ni con su familia -volvió a leer mis pensamientos. Este tipo de cosas no son normales -. No tienes por qué preocuparte por ello.

-¿Cómo es qué sabes...?

-Soy tu madre -vuelve a interrumpirme, nunca perderá esa costumbre.

Luego suspiró, después de observar mi cara de susto por un largo rato. Pensé incluso que me acariciaría la mejilla porque hizo el intento de levantar el brazo, nada sucedió, en cambio, yo tomé su mano.

-Gracias -le dije, ella observaba nuestras manos juntas.

Negó con la cabeza.

-Que tu padre no se entere de eso -me advirtió soltando mi mano y dando media vuelta para subir las escaleras -. Al menos alguien merece ser feliz en esta casa -murmuró lo último pensando que no la escucharía.

No tuve que pensar mucho para darme cuenta de que hablaba de ella misma.

~*~

Vulnerables I: GIRASOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora