Elena
—Elena vamos a chocar, cálmate.
No puedo calmarme. No puedo pensar en otra cosa que no sea papá y su hija escondida.
—Este no es el camino a casa ¿a dónde vamos? ¿Al menos puedes decirme eso?
Aprieto la mandíbula sin despegar la vista del frente. Mis nudillos están blancos de apretar las manos en el volante; en estos momentos no estoy razonando, sólo se manifiesta mi rabia cuando maldigo por lo bajo en un impulso, pensando en que mamá puede que sepa esto. ¿Cómo pudo soportarlo? ¿Qué pasa con la humillación?
—Vamos a Roland Corporation —le informo sin reconocer apenas mi propia voz. Nunca he sonado tan fría.
—¿Piensas enfrentar a tu padre? —casi grita —. Hey, no vale la pena...
—Mi padre destrozó a nuestra familia, Tony —la interrumpo —. Su propia familia, y metió a su hija, que da la maldita casualidad que hasta mayor que yo es, en la escuela de sus hijas legítimas y en mi mismo salón —cada vez que pronuncio una palabra me enfado más —. ¿Cómo se le puede llamar a eso? ¡Por supuesto que es un cínico irrespetuoso! Alguien tiene que decírselo en la cara.
—Okay, pero si chocamos no podrás desahogarte, panda. —Estira el brazo hasta que su mano toma la mía encima del acelerador —. Primero tienes que calmarte, por favor. —Aprieta mi mano con fuerza y me deshago de todo el aire que estaba conteniendo.
Bajo la velocidad del coche e intento calmarme, intento dejar de torturarme con el recuerdo de Kate diciéndome hermana. Ahora es más claro para mí su odio, sus ganas de fastidiarme todo el tiempo desde que llegó de New York.
Claro, New York.
El nido de amor de papá y su amante. Por eso viajaba con tanta frecuencia.
~*~
Llego a la puerta de la empresa y agarro a Tony del brazo cuando el guardia me deja entrar. Ni siquiera tengo paciencia para esperar llegar al piso once en el ascensor, mis piernas se mueven incómodas. Por más que Tony me diga que me calme no va a funcionar.
—¿Por qué no piensas mejor las cosas, eh? Es mejor cuando llegues a casa y entonces...
—No puedo esperar a llegar a casa, estarán mis hermanos.
La escucho suspirar. Sea lo que sea de aquí no me voy hasta que no hable con mi padre.
—Estaré esperándote afuera.
Se abren las puertas y el primer rostro que veo es el de mi madre. ¿Qué no se supone que no había venido a trabajar?
—¿Qué haces aquí? —Me pregunta.
No pisaba la empresa desde principios de año.
—Vine a hablar con papá —es lo único que digo antes de pasarle por al lado apresurada hasta llegar al final del amplio pasillo, dónde la secretaria de papá me detiene el paso.
—No puede pasar señorita Elena. —Se sitúa en el medio de la puerta. Demasiado extraño.
—Savannah... —le advierto.
—Déjala pasar —escucho la voz imponente de mamá detrás de mí.
—Pero, señora Roland...
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Vulnerables I: GIRASOL
Teen FictionElena vive en un mundo perfecto a los ojos de otros. Para los otros lo tiene todo, no merece lo que tiene por ser una persona horrible, por hacer que las personas se vayan de su lado. Todos creen en su vida perfecta, pero es solo un espejismo; algo...