Vulnerables I: GIRASOL

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Elena

Días después...

Estos días han sido 'tranquilos' de una manera u otra. No he recibido llamadas de Matthew, pero, no sé si eso es bueno o es malo en realidad.

Mamá regresó de su viaje el mismo día en que regresé a la escuela, y sí, estuve castigada, pero luego habló con papá y entre los dos decidieron levantarme el castigo. Aún no sé la razón. Yo sigo evitando hablar con papá, y él se ha dado cuenta, pero hace como que no pasa nada. Le ha preguntado a Jessi que es lo que tengo y ella trata de cubrirme, pero a veces quiero que sepa la razón por la que estoy molesta, quisiera saber que tiene que decir al respecto.

Cat me ha hecho ir a su escuela todas las tardes. Trevor, el chico que le gusta, quiere ser arquitecto y mi hermana quiere que le dé algunos consejos. Se piensa que soy una experta. Es un chico bastante tímido y amable, y lo más importante, tiene claro que mi hermana es solo una niña, Jessica se encargó de recordárselo varias veces y el pobre no hacía más que tartamudear. El verdadero problema va a ser decirle a Cat que Trevor se muda con su madre a Londres en dos meses. Él me contó que Cat es ya una amiga para él y que no quiere verla triste cuando se vaya.

En cuanto a la sesión terapéutica del jueves... Fue difícil, muy. Más porque supe que a partir de ese día tendría que enfrentar esos miedos -que había contado a la terapeuta prácticamente con el rostro rojísimo -y hacer todo lo posible para que mi vida volviera a la normalidad, o bueno, para mejorarla. Para colmo, antes de ver a mi terapeuta y sentada en la recepción esperando mi turno, el papel donde había escrito todo decidió salir volando de mis manos cuando le echaba una ojeada, y fue a caer nada más y nada menos que a los pies de Leo. Es que lo recuerdo y me sonrojo otra vez.

Se sentó a mi lado y me devolvió el papel como si nada y luego me susurró al oído: «Si quieres te ayudo con eso» quería que la tierra me tragara. No sabía a donde mirar y lo único que se me ocurrió fue preguntarle que a qué se refería. Gran error, porque soltó: «Me refería a lo último, pero sí quieres ayuda con lo segundo yo podría... »

Ni siquiera lo dejé terminar, le acabé dando un codazo que lo hizo sonreír, y me hizo sonreír a mí también. Y luego...

-Creí que tú nunca... -Se rascó la cabeza y mantuvo su mirada en el suelo -. Que tú nunca...

-¿Eso cambia algo? -le pregunté; giré la cabeza hacia él y junté mis manos encima de mis piernas.

-¡Por Dios no! -exclamó llamando la atención de Scarlett, luego trató de recomponerse y se aclaró la garganta agitando sus manos casi en mi cara -. No es nada de lo que estás pensando, lo siento. Sigues siendo tú, sigues siendo Elena.

Y yo que estaba tratando de alejarme un poco después de haber aclarado lo que me pasaba. Me encontré sonriendo como una tonta y él me sonrió de nuevo y luego me tomó de la mandíbula y dejó un sorpresivo beso en mis labios que aún espero que Scarlett -ni nadie - haya visto. Aunque sea imposible. Me sorprendí de que un beso que se había visto algo posesivo llegara a gustarme tanto, a encantarme en realidad. Y hasta ahora es lo que más ansío que haga cuando nos vemos, aún cuando mi subconsciente me llama desvergonzada.

Esa misma noche, antes de entrar a la ducha me miré al espejo, sin nada, y lloré, lloré mucho porque era inevitable no recordar todo de nuevo. Pero hasta hoy es algo que hago todos los días, diciéndome que todo está bien, que soy solo yo aquí, que debo acostumbrarme; ayer hasta sonreí.

Max y yo hemos estado bastante cerca estos días también. Se está esforzando bastante por "obtener mi perdón" eso es lo que le dice a Tony y lo está logrando, en verdad lo hace. Está más sobreprotector que nunca e intenta no acercarse a mi amiga pero le es inevitable, a veces creo que ni las miradas asesinas de Leo ya le asustan. Con él he tratado de hablar sobre el tema pero es en vano.