Elena
Mamá me toma del brazo en cuanto bajo las escaleras y me lleva hacia una esquina en donde circulan pocas personas. La fiesta como siempre es en la primera planta, y está completamente llena de invitados que se pasean por todo el salón con copas de champaña y sonrisas falsas. Por eso odio estas fiestas.
-¿Dónde está el vestido? -Suelta mi brazo y sonríe a una pareja que pasa por donde estamos.
-Encima de la cama.
-El vestido no es para quedarse ahí, es para que te lo pongas. Sube ahora mismo y te quitas esa ropa.
Me vestí de rosa claro. Mamá odia el rosa claro. Pantalones y sudadera con capucha y unos converse, así me siento más cómoda.
-No me vengas a decir que así estás más cubierta cuando horas atrás te estabas paseando con solo un suéter por toda la casa.
«Sólo hago eso cuando estoy sola».
-No me voy a poner el vestido, mamá -zanjo y veo como me mira con enfado y un atisbo de asombro en los ojos azules -.Si tú no me escuchas ¿por qué debería escucharte yo a ti?
-Porque soy tu madre.
Quiero reírme en su cara, pero me temo que si lo hago, las lágrimas le seguirán después.
-Pues no lo parece. -La dejo con la palabra en la boca y decido ir hacia donde está mi padre para felicitarlo y eso sería atravesar toda la sala.
Me alegro de por primera vez en meses, decirle a mi madre lo que pienso, ya era mucho tiempo guardándome cosas y aunque no haya sido tanto me hizo sentir bien. Estoy tomando la palabra de mi terapeuta de hablar sobre lo que siento y lo que pienso, sobre todo con mis padres, por lo menos esto era un comienzo.
Diviso a algunos amigos de mi padre conversando en una esquina bebiendo whisky, el tío Aaron está con ellos. Los saludo agitando la mano antes de que me llamen y me ataquen a preguntas acerca de mis estudios e intenten unirme a sus conversaciones sobre acciones y negocios en el exterior. Ni en un día como hoy dejan de hablar de trabajo. Cerca de las ventanas de la izquierda están los mellizos tratando de librarse de la tía Vanessa que de seguro los debe estar hartando con preguntas sobre su alimentación. Ver la cara de cansancio de Cat me hace sonreír, pobrecilla.
Al fin veo a papá hablando con Jessica sentados a un costado de la chimenea.
-Feliz cumpleaños, papá.
Él se levanta del sofá de cuero para abrazarme, luego acaricia mi mejilla.
-Gracias, hija mía. Estás hermosa.
-Gracias -le respondo con una sonrisa de boca cerrada.
-Elena ¿dónde estabas? No te habíamos visto en todo el día. -Los mellizos llegan junto a nosotros. Al parecer lograron escapar de la tía Vanessa.
-Estaba... comprando un libro.
En estos momentos no se me ocurrió mejor excusa que esa.
Eso no es una excusa, es mentir.
Jessica aprieta los labios aguantando la risa.
-¿En serio? -A Chris se le iluminan los ojos -. ¿Qué género es?
Papá va a saludar a otras personas que acaban de llegar y nos quedamos solo nosotros cuatro aquí. Cat se abalanza sobre Jessica y yo me siento en el sofá con Chris en mis piernas.
-Es de... aventuras, después te lo muestro.
-Más bien era erótico -murmura Jessica y me giro hacia ella señalando a los niños con la mirada.
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Vulnerables I: GIRASOL
Roman pour AdolescentsElena vive en un mundo perfecto a los ojos de otros. Para los otros lo tiene todo, no merece lo que tiene por ser una persona horrible, por hacer que las personas se vayan de su lado. Todos creen en su vida perfecta, pero es solo un espejismo; algo...