Look at me

[20] Humillación y Poder

La FEMF me recibe con cámaras, gracias a los cristales del coche nadie puede ver absolutamente nada, me acomodo la insignia en mi ropa soltando un suspiro queriendo tranquilizarme.

La puerta se abre para que salga y los jadeos de sorpresa vienen junto a las preguntas por Meryem, mi sonrisa va directo a las cámaras sacando varios suspiros.

Subo al escenario bajo la mirada sorprendida y acusadora de mi hermano menor, me aclaro la garganta y todos permanecen en silencio.

— Hoy estamos aquí para otorgarle la medalla oficial a Alex Morgan por ser ministro de la FEMF. — Hago una pausa — Yo Recce Morgan Roxon regente del imperio Khan nombrado por la gran Sultana Meryem Roxon Khan. Hago la entrega de Londres, Inglaterra y su pueblo al ministro Alex Morgan así nosotros rompiendo lazos, rompiendo nuestra alianza y quitando la protección. — Todos comienzan a discutir y los ignoro cuando tomo la medalla de un cojín para ponérselo a Alex y después mirarlo a los ojos.

— ¿Dónde está ella? — Masculla.

— Felicidades señor ministro, esperamos que usted sepa sobrevivir sin nuestro imperio. — Suelto para dar el saludo militar.

Alex guarda silencio y me imita pero se queda quiero al ver mi insignia sacando una sonrisa arrogante en mis labios.

— No. Me. Jodas. — Se queja entre dientes para recobrar la compostura y hacerme una reverencia.

Me doy la vuelta regresando al podio y leyendo la hoja con el decreto de Meryem.

— Nosotros, la dinastía Roxon Khan no se ha deslindado de la FEMF la cual nos sigue perteneciendo. A partir de mañana lo que suceda en Londres el pecado caerá a los hombros del ministro Alex Morgan. — Miro a toda la gente sin decir nada por unos largos segundos — Que Dios nos ampare.

Bajo del podio recibiendo una ola de aplausos, todos se acercan para hacerme entrevistas pero los ignoro olímpicamente para entrar a la FEMF sin ningún problema.

Camino por los pasillos hasta llegar a la bóveda de mi padre la cual solo puede entrar Meryem. Paso la tarjeta que me entregaron en el auto para entrar y tomar la caja que corresponde. Cierro la bóveda topandome con Alex de frente.

— ¿Qué haces aquí?

— Estoy cumpliendo mi deber como regente Alex.

— Ahora le sirves a ella. — Se burla.

— Y tú me sirves a mí. Yo no le veo el problema o la Humillación. Todos en el mundo seguimos ordenes consciente o inconscientemente.

— ¿Por qué dejó Londres desprotegido?

— ¿Y tú que eres? Presumes ser el gran ministro me sorprende que te preocupes por algo tan simple como proteger Londres. — Le entrego la caja a uno de los sirvientes.

— Dejemos el tema no quiero pelear ahora. Sara y yo lo hemos hablado por un tiempo... Christopher no acepta el pecho e incluso llora demasiado es muy difícil calmarlo.

— ¿Y qué quieres que yo haga? Ir a verlo y decirle que no llore porque su padre tiene el alma de su hijo muerto pegado atormentando. — Me burlo.

— Olvídalo entonces quiero lo segundo, quiero sean los padrinos de Christopher.

Aprieto los puños y lo miro incrédulo negando. — ¿Sabes lo que me estas pidiendo? ¡Me pides ser el padrino del hijo de tu amante sabiendo que MI mujer y yo perdimos a nuestro hijo en esa tragedia! — Alzo la voz.

— No era tu hijo Recce. Era mio.

— Y no te veo sufriendo en lo absoluto. Olvídalo, no seré parte de tu burla o teatro.

— No es nada de eso, somos familia y...

— Exacto, somos familia no sabes lo decepcionado que estoy de que seas mi hermano menor. Ese no es el ejemplo que te di yo. Eres el vivo ejemplo de que se puede vivir sin cerebro. — Bufo.

— Recce. No me hables así.

— Te hablo como se me da la gana, tú ya perdiste el poco respeto que te tenía. No dejare desamparado a mi sobrino pero no puedo ir simplemente y tomarlo en brazos como si no siguiera de luto por mi hijo. Nunca te apareciste con Meryem nisiquiera para ser parte del embarazo, no mandaste cartas, no llamaste, no asististe al parto.

— No estamos aquí para que me reveles toda mi vida, simplemente te tomé en cuenta porque eres mi hermano.

— No pues gracias Alex, no sabes que honrado me siento. — Ironice — Seremos los padrinos de tú hijo y de tu esposa amante. Por cierto... ¿Cómo va eso? Se que sigues saltando de aquí para allá con cada par de piernas se pasan por delante de ti.

— Cállate.

— No. Aquí el que va a callarse eres tú su no quieres que te destroce como regente que soy, créeme que Meryem no se enfadara conmigo si te muelo a golpes. Christopher es mi sobrino y como dije no le hará falta el amor de su tío en unos años. — Me encojo de hombros — Tienes a Thomas, tienes a nuestros padres o a mi madre ya que padre te dió la espalda. — Me río y paso por su lado.

— Bastardo. — Susurra pasando por mi lado pero lo sujeto del brazo.

— Te recuerdo Alex. Que cuando una autoridad mayor a tí está hablando contigo y quieres irte pides permiso y si yo decido irme debes hacerme una reverencia. Hermanito. — Palmeo su hombro y me hace reverencia a regañadientes haciéndome reír. — Parece que la educación no es lo tuyo.

Paso por su lado hasta salir de la FEMF no sin antes toparme con los James quienes a regañadientes me hacen una reverencia.

— Esperamos volver a verlo por aquí muy pronto. — Suelta Rick.

— No hace falta que aparezca — Sicea Luciana.

— Esperemos Rick. — Miro a su mujer en silencio — Veo que ser una mujer encantadora no dieron modales. — Hablo sin dejar de lado mi carisma para subir al coche borrando de inmediato mi sonrisa.

Algo esconden esos dos, son mejores amigos Alex y Rick que estoy seguro que ocultan algo más que parecer un viejo matrimonio de cotillas.

¿Cómo se atreve a intentar hacernos padrinos de su hijo? Es una burla e incluso indirectamente quiere lazos con Meryem y no voy a permitir esa mierda.

Suficiente daño le ha hecho a mi mujer, no lo va a seguir haciendo.