Todos conocemos a nuestro coronel Christopher Morgan el cual tiene una relación pésima con su padre con un odió compartido hacia su madre.
¿Qué sucede cuando se entera que no es hijo de Sara?
¿Dónde está su madre?
¿Cómo le dirá a esa mujer que es e...
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Veo desde mi balcón a Recce, la forma en la que entrena a la vista de su padre me hace querer ir y decirle que debe casarse de inmediato conmigo, mis pensamientos anteriores me avergüenzan que simplemente decido dejar de verlo.
Estoy aún muy pequeña para que él se fije en mi, mi hermana mayor camina por el jardín y se acerca provocando que me vuelva a acercar a ver.
Su sonrisa en los labios de Recce me dan disgustos, los movimientos de mi hermana al coquetear me hacen querer matarla.
Miro a otro lado intentando no verlos, si los veo se que abusare de mi poder para separarlos, volteo a verlos y ella le toca el brazo con fascinación. Mis puños se aprietan repitiéndome que no es correcto este comportamiento y mucho menos a mis diez años.
Veo a mi derecha aquel jarrón que refleja mi rostro completamente rojo por la ira, no pierdo tiempo en verme ahora como mi cabello.
Decido alejarme del balcón por el bien de mi salud mental y paz interior.
Doy vueltas por mi habitación frotando mis manos con ansiedad, mi estómago pierde el apetito cuando veo entrar la comida. El recuerdo de mi hermana me amarga más la boca.
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Camino con decisión, me importa poco lo que dije antes de dejarlo disfrutar su vida, soy egoísta y lo quiero para mi. Solamente es mío y será mío.
Veo el anillo entre mis manos que tiene una Mde Mío grabada en su interior, lo guardo en la pequeña caja mi cara la siento caliente cuando estoy más cerca de la puerta.
Unas risas me hacen detenerme y reconozco perfectamente a mi hermana, miro al guardia que abre la puerta de inmediato dejando ver a mi hermana muy cerca de Recce.
Ambos pueden casarse, tienen suficiente edad aquí...aquí ya pueden casarse.
No. No pueden, Recce me pertenece. Es mío y así quien lo quiera la mataréasí sea de mi propia familia.
