[7] Último intento fallido

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Los años pasaron rápido, Esther y Recce no llegaron a nada como si fuera solo un juego para ambos por lo cual de puro coraje la obligue a contraer matrimonio

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Los años pasaron rápido, Esther y Recce no llegaron a nada como si fuera solo un juego para ambos por lo cual de puro coraje la obligue a contraer matrimonio. Un 15 de noviembre de 1984.

Pasaron muchas cosas durante ese tiempo, cumplí diecisiete años. Alex Morgan viene a visitarme seguido pues las misiones se lo permiten.

Pasamos tiempo juntos, supo la historia completa con su hermano que a pesar de tener quince años presenta un poco de madurez. No tanta pero si.

Nos hicimos cercanos que incluso permito que me tutee entre familia o solos.

— Meryem — Alex juega con mi cabello rojo y abro los ojos para verlo, ambos estábamos solo en el jardín privado.

— ¿Qué sucede?

— ¿Sigues confundida por Recce?

Recce, de nuevo el tema de Recce siempre discutíamos cuando metía a su hermano, me mandó varias cartas cuando supo que Alex venía seguido que incluso me pedía permiso para poder venir a verme lo cual me negué.

Pudo ser que fuera inmaduro pero tampoco es que estuviera de humor de tener a otro Morgan aquí más con los problemas que sucedieron en estos años.

Mi madre se quito la vida cuando asesine a su tercer hijo. Le mandé a los verdugos por traición al llamarse futuro Sultan e imprimir monedas con su firma y sello.

— Podría ser, tus padres vienen esta semana ¿verdad? — Lo miro.

— Así es. Con ellos Recce.

— Hablaré con él. — Me incorporo y Alex me toma de la barbilla para mirarme de forma fija a los ojos — Me gustas Meryem no sabes cuanto lo haces, esperare todo lo que sea necesario hasta que dejes de sentir algo por Recce.

Sonreí un poco y bese su nariz en agradecimiento lo que le sacó una risa corta. Mi estómago sintió cosquillas de inmediato y mi corazón se aceleró al escucharlo reír. Siempre sucedía lo mismo.

— Meryem, no me respondas ahora pero quiero que seamos pareja, novios.

Sus grises me atrapan de una forma tan bella que sostengo sus manos como si me fuera a caer.

— Lo pensaré. — Susurro y besa la comisura de mis labios.

 — Susurro y besa la comisura de mis labios

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