[16] Daddy Recce al rescate

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— ¡Me duele, me duele! — Me levanto de inmediato y enciendo las luces

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— ¡Me duele, me duele! — Me levanto de inmediato y enciendo las luces.

— Él bebé, el bebé. — Corro hacia Meryem. — ¿Qué sucede?

— Tengo un calambre Recce, tengo un calambre. — Se queja y suspiro aliviado para acercarme ya tranquilo. — ¿Dónde?

— En mi pie, en la planta del pié. — Se sonroja y saca su pié de la sábana cubierto por un calcetín.

Bostezo y me acerco para masajear su pié haciendo que suelte quejidos y se ría.

— No. No. Me haces cosquillas — Se esconde de nuevo y ruedo los ojos para tirarme al sillón de la habitación.

— Cosquillas — Susurro cerrando nuevamente los ojos.

— Recce.

— Mmm

— Recce.

— ¿mmm?

— Recce — Susurra.

— ¿Qué? Te estoy escuchando — Me acomodo para verla y me mira con una leve sonrisa.

— Ven aquí — Me extiende su mano y Bostezo para levantarme e ir con ella tomando su mano. — Acuéstate y abrázame. — Susurra y obedezco con somnolencia abrazándola por el vientre recibiendo una patada y como estúpido pongo una sonrisa.

— Pensé en un nombre — Comienza a hablar y mis ojos pesan nuevamente.

— ¿Sí?

— Sí, decidí a lo mejor ponerle el nombre de tu padre. Elijah. — Susurra.

— Que bonito — Susurro acurrucadome más a ella sin quitar mi mano de nuestro hijo.

— Así es, me gusta mucho. — Susurra.

— Entoces comelo — Divago quedándome dormido.

Un manaso me despierta y abro los ojos con sorpresa para ver a Meryem.

— Estoy hablando contigo y te quedas dormido. — Hace un puchero.

— Muñeca aúnque no lo creas mi belleza necesita reposo y sueño de ocho horas diarias. — La apego lo más que puedo a mi sin lastimar al bebé.

— Mi pequeño Elijah y yo estamos indignados.

— ¿Elijah? — La miro con desconcierto — ¿mi padre llegó?

— No. Idiota, mi hijo se llamará Elijah como tu padre, le tengo aprecio. ¿Lo vez? No me haces caso. — Se queja.

Hago un mohin y niego acariciando su vientre hasta pasar a su espalda.

— ¿Pesa mucho? — Susurro.

— Sí. Algo. — Murmura.

— Ven aquí.

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