/40 Regina\

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— ¡Mami! — El grito de una niña me hace abrir los ojos e incorponarme

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— ¡Mami! — El grito de una niña me hace abrir los ojos e incorponarme.

Ma...Meryem se levanta aplizando su vestido para abrir los brazos, la escuincla cabellos de cerillo se acerca a abrazarla y cuando me mira frunce el ceño.

— Plebeyo — Me señala en los brazos de su madre. — Mami ¿Qué hace aquí un criado?

Frunzo el ceño claramente ofendido, esa mocosa debe saber que ahora mismo tenemos el mismo estatus.

— Cariño ¿Recuerdas que iríamos a visitar el lugar de descanso de tu hermano mayor?

Sus ojos grises se iluminan y asiente regresando su vista a ella. — ¿Vamos a ir?

— El ha despertado amor, Christopher es tu hermano mayor. — Toma mi mano y la pequeña ahora relaja su mirada para verme de arriba a abajo.

— Entonces no es un Plebeyo, es mi hermano mayor Elijah. — Me extiende los brazos — Cargame o te haces un Plebeyo. — Ordena.

Una pequeña sonrisa aparece y la tomo en brazos, parece tener unos cuatro años pero es mandona y la viva imagen de mi tío Recce y Meryem.

— Regina ¿Dónde está Shahrazad? — La pequeña mira a mi tío Recce y sonríe algo tímida — Se quedó dormida en su habitación.

— Christopher. Como escuchaste ella es regina, su gemela se encuentra dormida pero es Shahrazad. — Me presenta Meryem a la cerillo y quien juega con los hilos de su vestido.

— Mamá lloraba mucho cuando escribía sobre ti. — Juega con mi cabello y después me toma de las mejillas pegando su frente a la mía mirandome a los ojos. — Tienes los mismo ojos que yo y eso nos hace guapos según mami ya que siempre le gustaron los ojos de papi.

Volteo a ver a Meryem que reemplaza su mirada de ternura a una sonrojada para mirar a otro lado.

— Regina. — Regaña.

— Mamá — Hace un puchero — ¿Puede quedarse a dormir mi hermano?

Sus ojos se iluminan para mirarme y preguntar en silencio — ¿Quieres quedarte a dormir? — Duda.

— Meryem yo...

— ¡Mamá! — Regina me sujeta de las mejillas para mirarme a los ojos — Es mami o madre, eres mi hermano mayor es también tu mamá.

Mi corazón late con fuerza y asiento como idiota, me pica la lengua de volver a decirlo como ayer pero siento que en cuanto lo diga puedo decepcionarla en un futuro.

— Regina — Recce le extiende los brazos — Ven muñequita es hora de dejar a mamá y tu hermano para que hablen un poco.

— No quiero ir a dormir. — Susurra abrazándose de mi cuello.

— ¿Puedo llevarla? — Me ofrezco y los tres me miran, mamá tiene los ojos brillosos y asiente repetidas veces para tomar la mano de Recce.

— Regina te guiará a su habitación, ve muñequito. — Sonríe mi tío.

Camino y volteo a ver a Meryem que nos mira con lagrimas — Ahora vengo...madre. — Ella suelta un jadeo y escapo a las escaleras como si hubiera hecho algo ilegal.

— ¡Me ha dicho madre, lo escuchaste!

La escucho gritar y bajo la mirada por el balcón junto a mi hermana, veo a mi madre sacudirlo con emoción para después abrazarlo.

— Quiero tener un matrimonio como mami y papi. — se recuesta en mi pecho jugando con mi ropa.

Camino a la habitación que señala y entro encontrando todo más lujoso que por un momento dudo que los Morgan sean más rico que mi mamá.

Mamá

Mamá...que bonito suena eso, la calidez no se va y le hecho la culpa a la bola quejosa que se niega a que la deje en la cama.

Termino acostado con ella encima contantome las historias que le decía nuestra madre sobre mi lugar de descanso, me daba incluso rabia que el hijo de Sara fuera más querido que yo.

Ahora quería sacarlo de su sepulcro y tirarselo a Alex en la cara.

Eso es inapropiado y cruel.

Más no imposible.

— ¿Cuántos años tienes Regina?

— Así — Levantó su mano — Cuatro por si no sabes los número.

Igual de fastidiosa que la Sultana que es mi madre y me llamó Plebeyo la primera vez que nos conocimos.

— Plebeya. — Decido vengarme.

Regina levanta la cabeza ofendida e infla los calientes para bajarse de mi pecho tomando su lugar en la cama.

— Acabas de despertar y resulta que me faltas al respeto. Cuando te escuche Shahrazad llamarme de esa manera va a castigarte.

— Yo tengo derecho por antigüedad por lo tanto deberías tú de tenerme respeto pequeña cerillo. — pincho su estómago y ríe.

— Sigo enojada. — Se cruza de brazos y ruedo los ojos pinchando repetidas veces su estómago sacandole varias carcajadas y pataleos.

Mi risa viene y ahora parezco un crío jugando con ella a las cosquillas como si no tuviera nada mejor que hacer.

Podría acostumbrarme a la calidez de un hogar por primera vez, Recce siempre estuvo conmigo en mis sueños a pesar de que tenia prohibido verlo y llamarlo. Pero que ahora esté casado con mi madre lo convierte en mi padrastro.

Lo veo más como un padre nuevamente.

Dejo hacerle cosquillas a Regina y una idea loca viene a mi cabeza. Molestar a Alex Morgan.

Presumir que tengo una hermana que en realidad son dos pero eso es lo de menos. Casualmente soltar frente al ministro que mi madre a la mujer que dejó y traicionó tiene un hijo con nada más y nada menos el hermano que siempre le causó inseguridad.

Regina va a morirse cuando sepa que Recce le ocultó a sus hijas por años.

Me voy a divertir tanto mañana.

— Elijah. — Regina me mira fijamente y me toma de las mejillas — Mis hermanos mayores te van a amar como yo. No tienes que preocuparte, mi hermano mayor Recce es igual a papi.

— ¿Bromista?

— Bobo. — Susurra arrancandome una carcajada pero me tapa la boca con pánico — No pueden escucharte y muchos menos a mi decir eso. Tenemos que respetar a su majestad así como a nuestra Sultana pero es un secreto de Shahrazad y mio que te comparto ahora mismo.

— No diré nada. — por ahoraNo tienes que preocuparte plebeya.

— No soy una plebeya. — Sus cachetes de inflan y sus ojos grises se vuelven más profundos. — Y yo no huelo a perfume barato.

La miro completamente ofendido.

La miro completamente ofendido

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