Todos conocemos a nuestro coronel Christopher Morgan el cual tiene una relación pésima con su padre con un odió compartido hacia su madre.
¿Qué sucede cuando se entera que no es hijo de Sara?
¿Dónde está su madre?
¿Cómo le dirá a esa mujer que es e...
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Coloco el sello dentro de la caja para soplar aquella marca roja. Mi madre me mira fijamente con una sonrisa pequeña en los labios.
— Meryem — La siento acercarse y la miro sin decir una sola palabra, su mano se extiende hasta tocar mi cabello. — Debes entender que es el futuro de tus hermanos por lo que hacemos esto.
— Mis hermanos no están en el trono, no son Sultanes y se que eso te molesta.
Su sonrisa flaquea pero bajo la mirada al papel que tengo frente a mí para comenzar a quemarlo poco a poco.
— ¡No! — Mi madre grita y me quita el papel quemándose en el proceso. — ¿¡Por qué haz hecho eso!?
— No grites Madre, puedo encerrarte por eso.
Me levanto sin decir nada más para tocar la puerta y salir dejándola adentro. Todos mis hermanas, hermanas y tíos se encuentran en fila para despedir el ataúd de mi padre.
Me detengo a observarlos a todos y bajan el ataúd para permitirme dejar un pequeño beso en el.
Camino directo a las puertas dónde será su despedida, todos rinden sus respetos mientras que escucho a otros despotricar.
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— Mi Sultana.
— Ministro, primera dama — Saludo y extiendo mi mano hacia él la cual besa mientras su esposa me hace una leve reverencia.
Mis ojos captan a un joven apuesto que se acerca con tranquilidad hacia nosotros y me sonríe.
Es la sonrisa más linda que he visto en mi vida, mis mejillas se sienten calientes y se le escapa una risa que me hace fruncir el ceño.
Elijah le da un golpe en su espalda y garraspea para que él haga una reverencia.
— Mi Sultana, Recce Morgan. A su servicio.
— ¿Perteneces a la milicia?
— Así es, soy soldado y mi hermano menor es cadete.
Asiento y mi mirada se clava en la mujer que me examina pero sin perder el respeto obligado que me tiene que tener.