Todos conocemos a nuestro coronel Christopher Morgan el cual tiene una relación pésima con su padre con un odió compartido hacia su madre.
¿Qué sucede cuando se entera que no es hijo de Sara?
¿Dónde está su madre?
¿Cómo le dirá a esa mujer que es e...
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— ¿Seguro que es por aquí? — Alexa aumenta mi inseguridad.
— Estoy seguro, dijo que tendría que pasar por un bosque y supongo que es este. — Miro para todos lados, mi hija viene dormida atrás y suspiro aliviado al salir del bosque para acelerar por el camino.
— ¡Ahí está! — Alexa señala hacia más adelante y me quito los lentes para comprobar. — Mierda... — Susurro.
Me estaciono frente al gran portón amarillo, un guardia se acerca y bajo el cristal sin poder apartar mi vista de esa mansión.
— Identifiquese. — Tiemblo un poco ya que el solo portón me sorprendió junto a los carruajes del exterior.
— Aquí está. — Saco mi identificación junto a la de mi chiquita — Vinimos a ver la Sultana Meryem.
— Linguini. Muy bien. — Hace una seña y las puertas se abren para después entregarme las identificaciónes.
— Bienvenidos a muy muy lejano.
Susurro con nervios y mis labios se abren con sorpresa, se me va el aire por unos momentos. Salgo de mi coche para ver una mansión y patio mucho más grande que la casa del ministro.
— Es precioso. — Alexa se para a mi lado detallando el lugar con Abby en brazos.
Tiene unos enormes pilares con guardias en cada torre del lugar vigilando con francotiradores, otros hacen marchas, me giro al portón que lo tengo más cerca, el lugar prácticamente está cubierto de oro.
Los balcones, detalles pequeños como floreros resaltan al igual que las flores y ventanas. Desde aquí veo como brillan, sus detalles están meticulosamente pensados.
La puerta se abre y sale Meryem con una sonrisa, porta una pequeña corona con su cabello rojo medio recogido, su ropa de equitación.
— Bienvenidos — Nos sonríe mira a Alexa y a Abby que no me doy cuenta cuando mi hija ya está mirando todo con asombro en el suelo.
— Tú debes ser la pequeña Abby. — Se pone a su altura.
— Soy yo. — Susurra mi hija tímida.
— Eres tan adorable, te pareces mucho a tus padres. — Se incorpora. — Adelante pasen a mi pequeña casa.
— ¿Pequeña? — Alexa me da un codazo y suelto un quejido.
— Oh, no te preocupes Patrick, estamos en confianza puedes tutearme. Normalmente este es mi lugar relajante a comparación de mi palacio esto es pequeño. — Me sonríe amable.
Abby corre hacia una vitrina llena de coronas mirando todo con ojos brillantes. — ¡Mira mami!
Alexa trata de ir por ella para que note nada pero Meryem se adelanta a abrir la vitrina provocando que Abby retroceda.
