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Después de la conversación con mi madre me meto en mi habitación y me pongo a pensar en todo lo que me ha dicho. El libro de Verónica está sobre mi cama, pero ahora no me apetece leerlo. Me imagino cosas malas sobre la firma, me imagino a una mujer que se parece a Edna Moda gritándonos a mí y a mi madre. Sacudo la cabeza como si así pudiese borrar esos pensamientos y los rechazo.

No tiene sentido. Dejaron que me lo pusiese. Eso es que les parece bien y, además, si quisieran gritarle a mi madre por dejármelo ya lo habrían hecho. ¿No? Está claro que están interesados en mi madre, ya le habían enviado un par de piezas. ¿Pero que pinto yo en esto?

De repente me veo buscando mi block de dibujo. Revuelvo un par de cosas de la estantería y por fin doy con él. Me siento en la cama y lo abro, comienzo a pasar páginas. Al principio son diseños sin modelo, la mayoría es ropa de mujer, conforme paso las páginas los dibujos son más precisos, más cuidados. Y después comienzan a aparecer diseños con una modelo. Mi madre hace esa función en casi todos los dibujos.

Bajo ellos está mi firma y luego anotado el nombre de las marcas. Muchos de mis dibujos son de mi madre modelando con la ropa de marcas con las que ha trabajado.

En las últimas páginas sigo viendo a mi madre, pero esta vez son bocetos de diseños de moda propios. Se me encoge el corazón. Cierro el bloc y me tumbo en la cama. Me masajeo la sien con los nudillos.

Ahora mismo siento que mis pensamientos están enredados y que necesito ir tirando de ellos poco a poco. Como cuando te parabas a desenredar los cables de los cascos.

No sé cuánto tiempo paso así hasta que noto que el sol se ha escondido y solo un rato después mi padre nos llama para cenar.

Es agradable tenerlos de nuevo en casa, aunque mi mente esté en todo lo que pueda pasar mañana. Cuando acabamos de cenar ayudo a mi hermano a recoger los platos y a guardarlos en el lavavajillas. Una vez todo está en su sitio me lavo los dientes y me meto en mi cuarto de nuevo. Reviso haber hecho todos los deberes para clase y me preparo la mochila de mañana.

Me tumbo en la cama y aplasto el bloc, al notarlo bajo mi espalda, me incorporo y lo cojo, aún quedan unas pocas páginas en blanco, esperando a ser rellenadas con alguno de mis bocetos. Pongo música desde mi ordenador, la pongo en bajito, para que no moleste y cojo un rotulador de punta fina, hago unas cruces que me servirán de guía. Y saco el móvil.

Me paso las fotos del sábado al portátil, desde ahí las veo mejor, empezaré por una que me hizo antes de la fiesta lorena, la primera vez que me lo puse.

La chica que veo en la pantalla no se parece en nada a la chica que me miraba desde el espejo esta mañana antes de ir a clase. La chica de la pantalla es bonita, no me atrevo a decir guapa, pero ese vestido le favorece. Ladeo un poco la cabeza.

No sé en que estoy pensando, pero algo me impulsa a seguir, a intentarlo.

Como no estoy segura, dejo el rotulador con su tapa en mi estuche y cojo el lápiz, le hago punta hasta que veo que está lo suficientemente afilado. Lo apoyo en el papel y empiezo a mover la mano.

Me pierdo en la música y me dejo llevar, no quiero pensar en nada, y no presto atención a todo lo que me viene a la cabeza. Pero los recuerdos me invaden la mente...

La fiesta.

La cara de mi hermano al bajar las escaleras.

La reacción de sus amigos al verme.

Ethan rozándome la espalda.

Dejo de dibujar de golpe.

Ethan rozándome la espalda... No puede ser. Abro mucho los ojos y vuelvo al recuerdo para valorar si es solo mi imaginación. Me golpeo la frente con la palma. No puedo creer que no se lo contase. Miro mi bloc de nuevo, los primeros trazos ya están. Es un vestido impresionante pero muy sencillo, sin nada de detalles complicados. Cambio el lápiz por un rotulador de punta fina pero no tanto como el que he usado para marcar las líneas.

Empiezo a rellenarlo. Luego cambio de color y con unos rotuladores efecto pincel pinto mi piel, no es el color exacto, pero tampoco me preocupa. Lo miro un segundo. Estoy calva. Pero siento que si dibujo el pelo la voy a cagar, así que lo hago con el lápiz. En vez de hacerlo recogido como en la foto, lo hago suelto. Dejo que se esconda detrás de la figura para que no le quite protagonismo al vestido.

Cuando ya he acabado cojo el móvil, pero sin dejar de mirar el boceto. Me muerdo la esquina del labio por dentro de la boca. Mi madre entra en mi cuarto, la miro.

– Cris! – Se detiene al ver el bloc – Lo has hecho ahora?

– Si, pero no sé. No me gusta – Se acerca a mí y lo mira de nuevo.

– Bueno, siento no poder darte la razón, yo creo que es muy bueno. Me gusta que vuelvas a dibujar. – Y me sonríe.

– Querías decirme algo? – Intento desviar el tema. Siento que es uno de mis pensamientos enredados y no me apetece hablarlo hasta que no lo desenrede.

– Quería saber que te vas a poner mañana. –

Y como no tenía nada pensado dejo que me ayude a elegirlo. Mis pensamientos se sienten lejanos, pero la reunión es algo que va a suceder mañana. Cuando mi madre se va, me meto en la cama. Apago la luz y trato de dormir. Doy vueltas en la cama, 23.15.

Miro el techo 23.30.

Escondo la cabeza bajo la almohada 23.50 y deben de ser las 00.20 cuando consigo dormirme, pero no consigo olvidar todo lo que me espera mañana. El escalofrío de mi espalda, medio compartido con Ethan. La reunión con la firma. Mi hermano que no sabe nada. Lorena, a la que aún no he decidido que contarle de todo. Y creo que sueño con todos esos pensamientos.

Mil Razones Para Olvidar ( Mil Razones 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora