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Me subo la cremallera todo lo que puedo y me lavo las manos, no me gusta el jabón de Nico y Nora. Huele a rosas y a vainilla, pero es demasiado fuerte.

Me gusta más el que usamos en casa, el olor a lavanda me transmite calma. Cuando salgo le doy la espalda a Ethan de nuevo para que me ayude a terminar de subir mi cremallera. Esta vez no hay escalofrío, pero sigo sintiendo mariposas besando toda mi piel y las piernas gelatinosas.

Ethan me deja pasar primero, caminas juntos hasta llegar al sitio donde estaban todos sentados y me deslizo entre en él y el resto de las personas. Ya se me ha pasado el mareo y consigo sentarme sin ayuda.

Dejamos de jugar y se ponen a hablar de anécdotas graciosas del equipo de básquet. Me fijo en mi hermano, está sentado junto a Nico, en estos momentos parece que se lleven bien, ambos riéndose y compartiendo recuerdos de la temporada pasada. Miro el reloj. No sé en qué momento se han hecho las 02.00 am. Comenzamos a cansarnos de estar sentados y comienzan a sugerir ponerse a bailar. Nos ponemos de pie y vamos todos juntos a la pista de baile.

Me cojo de mi hermano, huele a él, a un toque suave de su sudor, lo suficiente como para que yo lo pueda oler, pero lo mínimo para que nadie más lo note, y a su perfume. Me transmite paz y calma, me acerco a él y canta una canción en voz alta, los chicos le siguen. No sé qué canción es, pero están contentos.

Nos soltamos al salir al jardín.

– Cris! – Me giro.

Es Marta indicándome que me acerque con la mano. Le hago caso y cuando ya solo me quedan un par de metros me dice que quiere una foto de la primera fiesta de la temporada. Ella se aparta y va a buscar a alguien para hacer la foto, mientras nosotras nos vamos colocando. Me pongo entre Lorena y Lucía y aprovecho que Marta no ha venido todavía para repasarme el brillo de labios de los labios. Cuando llega ya he cerrado el bolso y miro a la persona con la que ha venido, y no podía ser otro.

El chico pelirrojo se separa de nosotras y lanza un par de fotos, primero sin flas, luego lo pone y nos hace más fotos. Después le da el móvil a Marta y se ofrece a esperar a que las revise por si hay que repetirlas. Le damos las gracias y nos vamos a la pista. Me giro mientras nos vamos, justo como antes. Me, (o nos) está mirando. Vuelvo a sentir la montaña rusa en mi interior, pero solo la subida. Se rasca el cuello por detrás, como disimulando. Y yo me giro.

Mil Razones Para Olvidar ( Mil Razones 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora