Capítulo 34: Te odio y te amo al mismo tiempo (Parte II)

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Capítulo 34: Te odio y te amo al mismo tiempo (Parte II)

Me mantuve muy quieta recuperando el aliento y luego caminé por donde el padre William se fue a ver si ya estaba lo suficientemente lejos, pero al final del pasillo lo vi, estaba con esa mujer de mantenimiento que tanto veía cerca de él y empezaba a creer que ella también estaba con ellos de infiltrados. Noté que ella tenía una vestimenta un poco inapropiada para estar en la iglesia; así fuera trabajando, unos cortos pantalones de leggins y una camisa de tirante que dejaba mucho escote a la vista, por medio segundo noté que el padre William le hablaba y su mirada caía en su escote.

Los celos me empezaron a corroer, cosa que no debía de sentir, no por él ni por nadie, como odiaba que viera a otra mujer como me gustaba que me viera a mí, solo que ahora... él podía hacer lo que le viniera en gana, porque lo había dejado libre, había tomado una decisión.

Retrocedí silenciosamente sin ser vista y continué mi camino hacia donde me diría en primer lugar, al sótano, crucé unos pasillos y cuando estaba por bajar las escaleras vi a un policía ahí en la puerta sentado en un taburete leyendo un libro, podía ver el titulo donde decía: "orgullo y prejuicio" usualmente no nos permitían tener novelas que no fueran de la religión católica, eran confiscadas porque era mundano; romances impuros que nos expandía la mente a cosas que nosotros no debíamos de ni pensar.

Cuando alzó la cabeza lo reconocí, era el policía Isaac Reynolds, ese que causó que la madre superiora me reprendiera por el simple hecho de que habláramos un poco. Llevaba un arma en su cinturón, sus ojos azules se clavaron en los míos primero con desconfianza y luego cuando me reconoció, me sonrió relajándose.

¿Por qué estaba tan resguardado el sótano? De seguro para que nadie se le ocurriera buscar a Georgette

—Hola señorita, ¿qué haces aquí a esta hora? —preguntó el policia Reynolds—, ¿o prefiere que la llame hermana?

—Celeste. Celeste, está bien —comenté—. Vengo... uhm, caminando ¿qué haces aquí?

—Custodiando —dijo—, tenemos órdenes de la madre superiora de no dejar que nadie pase a este lugar en especifico, los niños estaban siendo curiosos y también podía ser un lugar de escape si vuelve el asesino.

¿Lugar de escape? ¿el sótano tenía una salida de emergencia?

Interesante información que nunca solicité pero a buen tiempo me enteré.

Entendía lo de los niños, habíamos tenido que ahora colocar dos monjas de turno durante la noche para que los niños no anduvieran deambulando, en especial Zed, siempre encontraba la manera de deambular por los alrededores de la iglesia de noche.

—Ah...Vale —comenté—, ¿sabe qué dijeron de Lessandro?

Por lo que tenía entendido, aunque se habló de un suicidio tenía mis sospechas de que el caso no había quedado del todo cerrado.

Isaac pareció pensarlo un poco y afirmó con la cabeza.

—Comentaron que él tenía que ver con los huesos encontrados en el orfanato. Pero ya sabes como son los rumores de pueblo.

Claro que lo sabía, se inventaban muchas cosas.

—Dijeron que fue suicidio —continuó diciendo—, pero aquí entre tu y yo, me parece que si alguien lo ocasionó, estuvo perfecto. —lo miré con interés por lo que decí— Lluvia que borrara las huellas, sin testigos, en medio de la noche... no había ninguna prueba.

Ahora que él lo decía lo comprendía, él tenía mucha razón y eso era más escalofriante, porque podíamos estar muy cerca de un asesino en serie muy inteligente.

—No confíes en nadie por ahora, Celeste —me advirtió el policía Reynolds—, han empezado a suceder cosas muy raras.

Afirmé con la cabeza.

—Lo sé, desde que entró el padre William todo pareció ponerse patas arriba —comenté como una ligera broma pero en cierta parte sabiendo que todo lo que decía era cierto, desde que llegó todo empezó a salirse de control.

El policía Reynolds que probablemente sabía quién era en realidad el padre William pareció cambiar el gesto a uno más precavido y forzando una sonrisa dio:

—Vuelva a su habitación, es muy tarde para que camine por los alrededores de la iglesia. —suspiró agregando:— Aunque estemos aquí custodiando, pueden suceder muchas cosas en la oscuridad de la noche en la iglesia.

Afirmé con la cabeza, yo más que nadie lo sabía, es decir, estuve con el padre William en el arroyo cuando un policía hacía su ronda y ni siquiera nos vio.

Me regresé por donde vine, ahora pensaba en buscar la salida de emergencia que daba al sótano, pero ya tendría que ser por la mañana, esa conversación con el policía Reynolds me había dejado algo temorosa.

Pase por las oficinas para las escaleras y noté que había una luz encendida con la puerta entreabierta, ya era muy tarde, ¿qué hacía esa luz prendida a esta hora? Era la oficina del padre William.

Las ganas de irme a dormir me llamaban, pero mayor era mi curiosidad para saber qué era lo que hacía a esta hora en su oficina. Mordí mi labio inferior y caminé en puntillas mientras me acercaba, escuchaba algunos jadeos ahogados, como y ligeros golpes, fruncí el ceño asomándome hacia la puerta entreabierta y entonces vi lo que querría borrar de mi cabeza.

Era esa mujer de mantenimiento.

La reconocí.

Vestía la camisa de tirantes completamente desarreglada con la tetas al aire, el cuerpo doblado contra el escritorio sus manos aguantándose de los laterales con fuerza, sus pantalones colgando de sus tobillos y las caderas alzadas donde el padre William la aguantaba clavándole los dedos en la piel, él estaba casi por completo vestido, solo su miembro afuera embistiéndola salvajemente por atrás.

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PEEEEEEEROOOOO QUEEEEEEEEEEEE??????????? Padre William me has roto mi corazoncito de pochooooo T-T ok no jajajajaj esto se puso CANDELAAAAA ¿qué creen que pase? las leo, en otras noticias, el domingo 20 es mi cumpleaños :D wiiii

Instagram: Ysarisareinamoo nos leemos pronto :D

Los ojos del pecado. Libro 1 y 2 (completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora