Capítulo 22: La adictiva perdición (Parte I)

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Capítulo dedicado a: Katcrxxker, Arianna Ochoa, Roussmarie, Ilaydaisabel, Lalis, Cris Romero, Natalia Cubas, que respondieron mi hilo en Threads :D

Capítulo 22: La adictiva perdición (Parte I)

...Volvió a devorar mi boca, me quedé por medio segundo sin poder pensar nada, solo en las gloriosas sensaciones que el padre William me ocasionaba en todo el cuerpo, su tacto me quemaba, su boca me derretía, sentía que no estaba lo suficientemente cerca de mí.

Parecía que quería devorarme entera y eso me enloquecía.

De repente mordió mi labio inferior estremeciéndome todo el cuerpo para separarse un poco y susurró sobre mi boca:

—Si vamos a hacer esto, tienes que entender que solo será un momento, sin nada de compromisos, Nonne, solo algo donde no hay derechos, solo placer.

¿Uh?

Abrí los ojos y me quedé por un momento en completo shock, es decir sabía que esto sería algo prohibido, pero que me dijera que no había compromisos o cosas así me hacía pensar que él quería estar con todas, no solo conmigo, mi ego se hería al comprender que no era un amor prohibido de dos personas, sino que él solo se aprovechaba de mí.

Sentía como si me hubiera echado agua fría a todo el cuerpo.

Busqué su mirada, sus ojos grises analizaba mi expresión. Me sentía estúpida por haber caído por él y todo lo que me provocaba, no una, sino varias veces.

—¿Soy un juego para ti? —me atreví a preguntar.

Él alzó la mano para acariciar mi labio inferior con su pulgar sus ojos grises como el humo fijos en mi boca cuando respondió:

—Eres un deleite al que debo renunciar tarde o temprano.

Tragué pesadamente saliva.

¿Qué esperaba? No nos íbamos a casar, esto no iba a ser algo mas que una atracción fatal fuera de lugar.

—Entonces deberíamos hacerlo temprano. —repliqué.

Lo separé de mí y me bajé del escritorio completamente mosqueada, sentía mis piernas temblorosas. Estaba caliente pero tenía amor propio.

—Espera, ¿te vas? —dijo el padre William pareciendo confundido.

Lo miré con desdén.

—No sé que papel estoy cumpliendo contigo.

—Somos una aventura que está mal.

—Entonces hay que alejarnos y acabar con esto. —repliqué haciendo caso a la única neurona que me quedaba coherente.

Caminé hacia la puerta pero cuando la iba a abrir sentí su presencia a mis espaldas, tragué pesadamente saliva cuando su mano estaba sobre la mía en el pomo de la puerta evidentemente más grande; impidiéndome abrirla, sentí su torso a mis espalda; rozándome, mi respiración estaba profunda, sentía que empezaba a sudar porque era cada vez más difícil resistirme a él.

El padre William era mi completa tortura.

—Déjeme salir padre William. —susurré en un hilo de voz, mi única neurona coherente se estaba esfumando de mi cabeza.

Se presionó contra mí, ahogué un jadeo.

—No lo dije para que te fueras. —replicó el padre William en un susurro que logró estremecerme por completo.

—El deseo que siento por usted me está quemando y alejando de mi santidad —murmuré cerrando los ojos—, solo necesito alejarme lo antes posible de todo esto.

Era un túnel sin fondo en el que me estaba metiendo; los dos lo sabíamos.

Él se acercó un poco más a mí sus labios rozando mi oreja para murmurar:

—La situación es muy complicada, pero tenemos que al menos hacer una buena despedida... Nonne.

Me colocó una mano abierta en el estómago, separando los dedos para incitarme a que me apretara contra él. Estaba tan excitado como yo, lo notaba, podía sentir la dureza de su miembro pegada a la parte inferior de mi espalda debajo de todas nuestras telas.

—Date la vuelta y dime adiós. —continuó diciendo.

Tragué pesadamente saliva.

Me giré entre sus brazos, arqueándome contra la puerta para que se me enfriara un poco la espalda. Él estaba encorvado sobre mí, con su abundante cabello enmarcándole la hermosa cara de pecado que incitaba a pensar cosas sucias, sus ojos grises oscurecidos fijos en los míos, intensa, penetrante, el ambiente siendo torturante porque solo deseaba saltarle encima.

Me estremecí, solo por esa mirada era capaz de ponerme de rodillas, pero tenía que tener autocontrol. Apoyó una mano en la puerta para acercarse aún más a mí, yo apenas tenía espacio para respirar y vaya que se me hacía difícil hacerlo por su cercanía. La mano que antes me había puesto en la cintura descansaba ahora en la curva de mi cadera, apretando, volviéndome loca y encendiendo todo mi cuerpo a pesar de ser mucha la tela que llevaba encima.

—Bésame —dijo con voz ronca—. Concédeme eso al menos.

Quería negarme, apreté los puños y me lamí los labios secos. Él gimió, inclinó la cabeza y me selló la boca con la suya nuevamente en un acto desesperado. Suspiré y él introdujo la lengua, volviendo el beso más apasionado y salvaje; demandante, ligeramente agresivo para excitarme y encender todo dentro de mí.

Acto seguido yo tenía las manos en su pelo y tiraba de sus sedosos mechones para dirigir su boca hacia la mía casi queriendo tragarlo. Notaba el desbocado latido de su corazón contra mi pecho, había demasiada ropa pero eso no hacía menos el hecho de que estábamos tan apretados el uno al otro que casi se sentía como si estuviéramos desnudos.

Se apartó de la puerta dando un empujón. Rodeándome la nuca con una mano y la curva de mis nalgas con la otra, me levantó en el aire, envolví mis piernas alrededor de sus caderas en respuesta.

Todo mi cuerpo estaba en contacto con el suyo, dolorosamente consciente de cada duro y ardiente centímetro de su ser. Sentía que estaba tan húmeda que el medio de mis piernas palpitaba al ritmo del furioso latido de mi corazón.

Fui vagamente consciente de que nos movíamos, y de repente noté que caía de espaldas sobre el escritorio lanzando todo al piso.

—Te deseo, Celeste —susurró sobre mis labios—. Así solo esté arruinando esto, no puedo evitarlo.

Sentía exactamente lo mismo.

El padre William estaba sobre mí entre mis piernas. Apoyaba el torso en el brazo izquierdo, mientras que con la otra mano me agarraba por detrás de la rodilla, deslizándola por el muslo desnudo debajo de la falda de la túnica...

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Hoy dos capítulos :D pero recuerda votar o no hay setso D:

Los ojos del pecado. Libro 1 y 2 (completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora