Actualización 2/2
Capítulo 2: ¿Eres tú?
Relamí mis labios, lo veía y lo veía, dándome cuenta de que llevaba maquillaje y que su cabello rubio era artificial.
—¿Angelo Smith? —pregunté.
Él me miró, pero no una mirada casual, era una mirada profundamente, esa mirada que tanto me trasladaba al pasado haciéndome recordar que este hombre era el mismo que tanto se coló entre mis huesos al ver ese profundo gris como la misma plata, que cuando estuvimos juntos me sentí viva, incontrolable, deseosa, que ahora que lo miraba a sus ojos sentía esa misma intensidad que me hacía casi escuchar su voz llamarme «Nonne». Pero al mismo tiempo, sentía que era diferente ahora, antes eramos lo que aparentábamos ser, pero, ahora, no había máscaras, no había secretos que nos dividieran.
Ahora solo eramos dos desconocidos con un pasado entrelazado lleno de lujuria.
Dos desconocidos que fingieron que estaban bien colocando un muro entre ambos que terminó de destruir una parte de mí; una que nunca volvió.
—Celeste. —murmuró.
Un tenso silencio se agudizó entre nosotros, y solo volvimos a ser dos personas que se miraban fijamente otra vez, sentía que quería decir muchas cosas, pero al mismo tiempo las palabras no se salían de mi boca.
Aclaré mi garganta y me abroché el cinturón como lo indicó la luz, advirtiendo que ya ibamos a despegar.
—¿Saber alguna razón para la que me trajeran para este lugar? —me atreví a preguntar.
Él giró la cabeza a un lado y preguntó con cierta ironía:
—¿No lo sabes?
Estreché los ojos.
—No. —respondí.
—Sencillo —dijo—, ha habido una catástrofe y quieren que vayas a solucionarlo.
¿Qué?
Pestañee un par de veces.
—¿Pero qué catástrofe? ¿por qué yo? —repliqué.
—El director Green te lo explicará después, yo no tengo nada que ver contigo y tus preguntas ya me están cansando —soltó, como siempre, este hombre al parecer o había cambiado, seguía siendo tan temperamental y amargado como antes.
—¿Entonces para qué te acercaste a mí, Angelo? —pregunté igualando su tono irónico.
Él se enderezó en el asiento, relamió sus labios y mis ojos cayeron en ellos viendo esa forma perfecta y provocadora que siempre llamó mi atención, pensé que después de tanto tiempo esta rara tensión se desvanecería, pero no era así, recordar cuando esa misma boca estuvo en la mía, cuando besaba mis pechos, cuando estuvo en el medio de mis piernas me hizo sentir de repente acalorada.
Aclaré mi garganta intentando borrar de mi cabeza esas imágenes que se transmitían una y otra vez en mi cabeza del pasado.
No, no fue el único hombre con el que estuve estos 6 años, pero sin duda, hubo algo en él que nadie lo pudo igualar, su forma de devorar mi cuerpo como si fuera un manjar, la intensidad con la que nos atraíamos y los múltiples orgasmos que me ocasionó por estar tan excitada por él; era algo que no podía comparar con nadie.
Pocas veces se encontraba esta conexión con una persona; algo que ni siquiera se podía explicar con palabras solo sentir.
Aclaré mi garganta y me crucé de piernas sintiendo que empezaba a entrar en calor. La azafata ofreció unas bebidas y le pedí una copa de vino a ver si con esto bajaba mis nervios, Angelo también pidió un Whisky para él, cuando volvimos a quedar solos, él murmuró luego de un momento:
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Los ojos del pecado. Libro 1 y 2 (completo)
RomanceAtracción prohibida. Deseo incontrolable. Secretos pecaminosos. En la escuela de monjas llega el nuevo padre William, un hombre misterioso, silencioso y observador. Para Celeste que es aspirante a monja le intriga y le atrae sin poder evitarlo. Todo...