Capítulo 14: Abre la boca y pide perdón
Miré alrededor, no había nadie en los pasillos de la sala principal cuando empecé a caminar hacia los confesionarios, era la hora perfecta porque había escuchado que el Padre William había salido cerca a una asesoría espiritual, así que de seguro el diácono Richard estaba como auxiliar en los confesionarios.
Realmente no quería encontrarme con el padre William, me daba miedo la manera en la que él lograba desestabilizarme solo con mirarme.
Lo menos que quería era hablar con el padre William, es decir, ¿por qué me había dicho eso de lanzarme indirectas tras lo acontecido la anoche del pecado? Parecía que se me estaba ofreciendo, como si quisiera seguir instándome a estar con él ¿o eran ideas mías?
Estaba confundida, ¿por qué el padre no parecía arrepentido? ¿o yo lo mal interpreté todo? ¿acaso más que un accidente de una noche accidental él estaba pendiente de follarse a todas las monjas de la catedral?
¿Un falso sacerdote?
Tenía la mente muy revuelta.
Al llegar al confesionario me aseguré de que no hubiera nadie en la cabina y me senté detrás de la pantalla bajando la cabeza, no quería que el diácono viera que se trataba de mí, aunque probablemente me reconocería la voz.
«Der Windstille».
Tenía que recordar que todo esto sería confidencial, así que no debía de preocuparme tanto.
Aún así mi corazón estaba muy acelerado.
—Bendígame Padre —murmuré—, porque he pecado. Hace 5 años desde mi última confesión.
Esperé unos segundos y él murmuró:
—En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo.
—Amén. —susurré persignándome.
Él no me dijo nada, estaba esperando que hablara, así que continué diciendo:
—He cometido el error de entregarme a los pensamientos pecaminosos y de desear querer entregarme a la carne.
Tragué pesadamente saliva sin querer confesar mi pecado completo; fornicación, porque sabía que eso sería perjudicial para mi carrera de estudiante novicia, temía que me echaran y no ser monja.
Suspiré y continué diciendo:
—Me he dejado llevar por la belleza que mis ojos vislumbran ante un hombre que parece irresistible, su sola presencia me hace... dejar de pensar y me incita a solo sentir.
Y vaya que se sentía muy bien, solo recordarlo me hizo relamer los labios y apretar las piernas, los flash back de él sobre mí moviéndose rápido haciéndome estremecer...
«Vögeln».
Negué con la cabeza sacando esa imagen de mi mente, se suponía que debía de estar arrepentida por eso; por lo que hice.
¿Por qué había empezado a desear tal cosa con el padre William? Muchas cosas apuntaban a que él no tenía una fe verdadera, ¿por qué lo habían traído a esta catedral si parecía de todo menos cercano a Dios?
Solo parecía ser un lobo entre las ovejas.
—¿Solo son pensamientos de lujuria? —preguntó.
Sentí mis rostro sonrojarse al saber que no solo fueron pensamientos, pero no podía decir lo que hice, había hecho un juramento.
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Los ojos del pecado. Libro 1 y 2 (completo)
RomanceAtracción prohibida. Deseo incontrolable. Secretos pecaminosos. En la escuela de monjas llega el nuevo padre William, un hombre misterioso, silencioso y observador. Para Celeste que es aspirante a monja le intriga y le atrae sin poder evitarlo. Todo...