Capítulo 17: El hombre de la mascara

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#Minimaratón 1/3

Capítulo 17: El hombre de la mascara


CELESTE BRAUN


Me tensé al ver a semejante monstruo frente a mí, ¿pero qué era eso?

Las palabras de Zed viniendo a mi cabeza cuando dijo:

«Tiene una cara horrible, un grandes cuernos de cabra sobre su cabeza y colmillos de vampiro...»

¿Era real?

No, era imposible.

¿Un demonio? A pesar de ser monja nunca había visto un demonio de hecho pensé que no existían en esa forma física.

Se me erizó la piel cuando terminó de entrar a la habitación, su vestimenta negra y su rostro completamente espeluznante. Reaccioné tomando lo primero que encontré cerca de mi cama para defenderme; una biblia, la tomé sin dudar y se la lancé directo a la cara, sin embargo él apenas se inmutó ante eso, solo se le desajustó la horrible máscara.

Era un disfraz.

Sentí menos miedo al pensar en que fuera un humano, sin embargo siguió acercándose hacia mí y noté la enorme hacha en sus manos completamente filosa.

«Vögeln».

Era alguien disfrazado pero dispuesto a asesinarme.

—¡Fuera de aquí! —le grité entrando en pánico sin saber lo mínimo de defensa personal, mucho menos defensa para hachas filosas.

Me levanté de la cama rápidamente cuando lo vi alzar el hacha hacia mí y me aparté tan rápido que caí al suelo de rodillas dolorosamente, pero no me detuve.

Este hombre enmascarado iba a matarme si no me movía de prisa.

Me levanté y grité cuando lanzó nuevamente el hacha hacia mí pero solo logró rozar mi brazo, empecé a jadear del ardor y salí de la habitación completamente despavorida en busca de algún sitio donde pudiera ocultarme, intenté llamar a las otras habitaciones pero nadie abría y el hombre de la mascara venía directo hacia mí cargando el hacha, corrí hacia las escaleras pero cuando iba por los últimos escalones tropecé y caí de boca al piso dolorosamente dándome un mal golpe en la cara, sentí la sangre escurrirse de mi nariz.

«Se acerca».

Solo escuché sus pasos y me levanté ignorando mi dolor para correr hacia la oficina de la madre superiora, toqué la puerta tantas veces que caí en lo impropio.

—¡MADRE SUPERIORA! —grité desesperada al ver que nadie me respondía.

¡¿En donde se habían metido todos?!

Era como estar dentro de una pesadilla.

—¡MALDICIÓN! —grité en un último golpe a la puerta.

—¿Qué pasa? —la voz de la madre superiora del otro lado de la puerta hizo que se me bajara la presión, una parte por alivio y otra parte de vergüenza por haber soltado una maldición.

—¡MADRE YO...! —empecé a decir, pero me interrumpió diciendo:

—Estoy ocupada, déjame en paz por favor...

Escuché pasos acercarse y no me detuve sino que seguí corriendo por el pasillo al único lugar donde sabía que habría gente; el altar de congregación donde las demás monjas debían de estar reunidas.

Ahora que lo pienso, fue algo egoísta ir con ellas si un asesino enmascarado con un hacha me perseguía, pero prefería morir acompañada en una masacre que morir como una tonta victima de un loco.

Teníamos que llamar a la policía.

Crucé el pasillo con rapidez sintiendo que ya lo había perdido de vista, cuando de repente tropecé de frente con él, reboté y caí de espalda al piso quedando completamente indefensa...


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Holaaaa holaaaa, Feliz lunes, Hoy es Lunes de mini maratón y lunes de Sinovotastevaadardiarreaconhipoysinpapel jajajajja :D

Los ojos del pecado. Libro 1 y 2 (completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora