Eres feo (Harukyu)🌾

37

- Ahora que han mejorado bastante, creo que ya pueden salir.
- Necesito ver a mi hijo.- dijo Kyujin inmediatamente.
- Lo harán, pero deben planear como acercarse, no creo que sea prudente aparecer de la nada, conocen su situación ahora, seguro esto podría afectarle.
- Chan tiene razón, creo que lo mejor es ir poco a poco.
- Hemos tardado años.
- Yo lo se Kyujin pero, si es difícil para nosotros, para Junkyu lo será aún más, imagínate, todo el tiempo viviendo en una mentira.
- Tienes razón, lo siento.
- Está bien, se cómo te sientes, pero poco a poco.

Junkyu no salía de su habitación, hacia algo de tiempo que no le daban ataques de ansiedad o de pánico tan fuertes, se sentía cansado, se sentía como antes, donde nadie lo quería, donde no era escuchado y donde no tenía una vida propia, aquellos recuerdos invadieron su mente tan intensamente que, levantarse de la cama era difícil, no quería ver a nadie y quería estar solo, la comida en su boca parecía no querer pasar por su garganta de nuevo, todo era tan difícil.

- Hyung tienes que comer un poco más, Haruto está preocupado.
- Lo siento Hyeongjun, realmente lo intento.
- Está bien, no voy a presionarte, pero si te da al menos ganas de algo dímelo.
- Está bien.
- Él quiere verte.
- Solo dile que quiero dormir.
- ¿seguro?
- Si.- Junkyu no dijo más y cerró los ojos, desde que paso aquello no quería ver a Haruto, se sentía avergonzado, no era capaz de defenderse solo y seguro todos pensaban que era una persona débil.

- Él dijo que dormirá.
- ¿no quiere verme?.- tras la pregunta Hyeongjun no sabía que responder.
- Solo dale tiempo, todo esto es difícil para él.
- Le daré todo el tiempo del mundo, solo espero que no vuelva a perder su brillo de nuevo.

- Buenas tardes.
- Buenas tardes, ¿Qué se le ofrece?.- pregunto la ama de llaves.
- Estoy buscando a Junkyu.
- Si me disculpa, ¿Quién es usted?
- Claro, lo siento, Kim Kyujin, tía de Junkyu.
- Vaya, lo siento, no sabía que el joven Junkyu tenía una tía, rara la vez su madre viene aquí.
- Está bien no se preocupe, de hecho cuando Junkyu se casó mi esposo y yo no pudimos estar presentes.
- Entiendo, bueno no estoy segura de que el joven Junkyu esté en disposición de recibir visitas hoy.
- ¿está enfermo?
- Solo un poco indispuesto, pero le preguntare.
- Está bien, yo puedo esperar aquí.
- Bien.- el ama de llaves mando a Jun para avisarle, a Junkyu.

- Kyu yo sé que no quieres ver a nadie pero, allá abajo esta una señora que dice que es tu tía.
- ¿mi tía?
- Si.- Junkyu lo pensó un poco, solo una vez escucho decir a su madre algo sobre una hermana, pero él no la conocía, tenía curiosidad y solo por eso bajo.
- ¿hola?.- Junkyu vestía con ropa cómoda, no había salido de su habitación desde casi una semana, sus tareas las entregaba en línea y tampoco había querido ver a su esposo, en cambio la señora frente a el vestía elegante pero no extravagante como su madre.
- Hola Junkyu.
- Disculpe, pero no sabía que tenía una tía.
- O-oh lo siento soy Kyujin, tu madre y yo no teníamos una muy buena relación, pero yo te quería mucho.- dijo la señora con algunas lágrimas en los ojos.- discúlpame es la nostalgia, la última vez que te vi eras muy pequeño.
- Está bien, no se preocupe.- Junkyu la ayudo a tomar asiento.
- Estas alto y muy guapo.
- U-uhm muchas gracias.- Kyujin no podía dejar de mirar a su hijo.
- Pasaba por estos rumbos y quise venir a verte, mi esposo no pudo venir, espero que pronto lo conozcas.
- ¿mi madre lo sabe?
- No, ella no sabe y espero que no lo sepa por ahora.
- Oh bien.- Junkyu no sabía que decir.
- ¿Cómo has estado?
- Creo que bien, realmente mi vida no ha sido tan interesante.
- Te casaste, ¿no eres un poco joven?
- Mis padres pensaron que era lo mejor.- probablemente ella no sabía cómo lo trataban sus padres, así que no podía decir nada más.
- ¿para ti fue lo mejor?
- El me trata muy bien, me cuida mucho y siempre busca mi bienestar.
- Está bien, eso es bueno entonces.- Kyujin no estaba satisfecha con esa respuesta pero era todo lo que podía sacarle a su hijo, al menos por ahora.
- Lo es, pero mi hermana me odia por eso, ella quería a mi esposo.- así que la historia quería repetirse de nuevo, pensó Kyujin.
- Bueno pero si supongo que tu esposo te eligió a ti porque eres el mejor ante sus ojos.
- Supongo, tía, ¿a ti también te casaron con alguien?
- Iban a hacerlo, pero me negué, además ellos no sabían que me había casado con alguien a escondidas.
- ¿por eso mi madre te odia?
- Algo así, de hecho nadie de la familia me quiere pero no importa.
- Siento que a mí tampoco me quieren.
- Lo siento por eso, creo que es porque te pareces a mí.
- ¿Cómo sabes eso?
- No sé, solo me recuerdas a mí.
- Oh, entiendo.
- Pero no te tiene que importar eso, estoy segura que eres un chico estupendo que no necesita la aprobación de nadie para salir adelante, a partir de ahora espero poder estar cerca de ti y que me cuentes todo lo que pasa por esa cabecita tuya.
- ¿y si mi madre se entera?
- Lo hará en algún momento, pero nosotros seguiremos en contacto, espero que pienses en mi como tu familia.
- Está bien, lo hare.

Kyujin hablo un poco más con Junkyu, en ese rato, Kyu olvido todo lo que le atormentaba, era grato para el ser escuchado y halagado por alguien de su familia de la manera en que su “tía” lo hacía, incluso le mostro fotos antiguas de ella con su madre y otros familiares, su padre también aparecía junto a otra persona que Kyujin le dijo que era su esposo, también por primera vez vio una foto de bebe de él, jamás en su vida había visto una, en su casa siempre había muchas de Mina, pero de el no, a excepción de una pero tenía al menos 10 años y esa era la única foto. Desde entonces sabia de la preferencia de sus padres por su hija pequeña, dañando el corazón de Junkyu al darse cuenta que para ellos era como si el no existiera.

- ¿una tía?
- Si, ella dijo que era su tía, su nombre es Kim Kyujin, o al menos así se presento
- ¿y Junkyu accedió a verla?
- Lo hizo.
- Está bien, gracias por informarme.
Haruto tenía sus dudas, había tantas incógnitas dentro de la familia Kim, él era inteligente y se dio cuenta de ciertas cosas, jamás pensó que había posibilidad de que tuviera razón en alguna de ellas, pero iba a averiguarlo.