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POV Nayeon.

—¿Estás molesta?

Negó lentamente.

"Conocerás a tu pretendiente, cielo".

Esas palabras no salían de mi cabeza. Se repetían una y otra vez cuando miraba a mi hermana que me acompañaba en mi habitación. Era extraño, ya que sus días de quedarse a dormir eran fijos y casi nunca variaban.

Ciertamente, no me molestó. Estar con mi hermana era una de las cosas que más disfrutaba.

Estaba tendida en la cama, mirando hacia el techo de la habitación como si estuviese cavilando o no lo sé, estaba como ida. Y me estaba preocupando esa actitud.

"Aja"

Esa fue la respuesta a las palabras de su madre, quien no le pareció esa respuesta, pero... tampoco pudo refutarle porque ya Mina estaba subiendo a mi habitación y se fue seguida de mi después que me despedí de ella, ya que papá no pudo llegar a la cena.

—Hirai Momo.

La miré atraves del espejo. Su mirada seguía en el techo, pero volteó a mirar con interrogante en la mirada haciendo que me ruborizara y quitará la vista de ella.

La principal era la pregunta, pero la secundaria era ver con intensidad su vientre descubierto y todo lo que dejaba ver su piel.

Jodidamente sensual. Quienes disfruten de esa piel deben llegar al cielo si es lo más alto que se puede llegar...

Sacudo mi cabeza, alejando esos pensamientos intrusivos. Eso no era mi problema.

—¿Que pasa con ella?

—Eso debería preguntar yo... —dije riendo nerviosa, alejándome de lo que podía delatarme físicamente.

Claro que iba a demostrar mis celos si me decía que estaban follando. ¡¿Que tan malditamente irónico podía ser?! Años deseándola aunque sea para besarla, y Mina fácilmente folla con ella desde quien sabe cuando.

Mi hermana seguía en la misma posición, con las piernas colgando de la cama, y yo por ocultar mis expresiones, me acosté tocando el cabecero mientras veía su cabellera rubia esparcida cerca de mis pies.

—Huh. Follamos, pero fue hace bastante. —confesó regresando a ver el techo.

Lo dijo tan fácil, como si no tuviera en cuenta que a mí me gusta.

En ese momento apenas noté que estaba nerviosa y mis dedos estaban estrujamdose entre sí por un motivo que... no tenía idea. Apenas me estaba fijando que mi corazón estaba alterado.

Puede que fuese por estar hablando acerca de la persona que me gusta, pero ¿Y si no era por eso? Tendría que ser eso ¿no? ¿Por qué otro motivo estaría nerviosa?

—¿Te gusta?

—Supongo. Sus labios son... —tragué saliva al momento que giró para verme de frente y empezó a gatear hacia mi para meterse entre mis piernas sin dejar de mirarme con intensidad.— Ehm... Uhm... Parecen besables.

La distancia en la que se detuvo me pareció muy corta mientras se apoyaba en sus brazos para no caer sobre mi, sin embargo, lo que si estaba sobre mi era la parte inferior de su cuerpo.

Su calidez golpeaba el diminuto short que tenía encima.

No recordaba que se acercara tanto, al punto que podía sentir su respirar contra mi boca. Mayormente la sentía cerca era por mi espalda, por los abrazos por detrás que me daba.

¡No de esta manera!

—¿Sabías que... trabaj...?

—¿Quieres saber como besa? —interrumpe acortando la distancia al punto de tener su nariz teniendo contacto con la suya.

Indebido | MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora