Gertru y yo nos sobresaltamos, no le habíamos oído llegar.
- ¡Dante! ¡Qué susto! ¿Ya habéis vuelto? Al final que ha pasado con...
- Todo bien Gertru, no es momento para preguntas.
La corto sin dejarla terminar la frase y no paraba de mirarme fijamente. Tenía una mirada severa y autoritaria. Me hacía sentir incomoda, pero a la vez tenía algo familiar, que me atraía hacia él.
- Veo que ya te despertaste
- Si - fue lo único que pude decirle.
- Como ya habrás escuchado soy Dante, líder de la Aldea de Claro de Luna. Y tú y yo querida Kyria creo que deberíamos tener una pequeña conversación - Su mirada se posó en Gertru - Gertru, puedes irte. Yo llevare a Kyria a su cabaña.
- Claro que si Dante. Luego nos vemos mi dulce niña - Gertru me dio un beso en la mejilla y se despidió de mí.
Gertru se fue. Y me dejo a solas con Dante. Mientras él miraba como se iba Gertru yo le miraba a él.
Era alto, muy alto y musculoso. Llevaba el pelo corto y oscuro y tenía los ojos más negros y profundos que había visto nunca. Tenía una barba incipiente que le daba un aspecto atractivo. A través de la camisa semi abierta que llevaba podía ver un collar con forma de media Luna. En sus brazos se veían partes de tatuajes, uno de ellos era un ciclo Lunar.
- Sígueme
Fui detrás de él en silencio llegamos a dos cabañas que estaban apartadas del resto. Eran preciosas, una era más grande que la otra, pero por fuera eran exactamente igual. La dos eran de madera con dibujos tallados, la cabaña más pequeña se diferenciaba porque en la entrada tenía unos dibujos con apariencia muy antigua. Tenían un porche en la entrada con un banco de madera y a su alrededor había muchas flores.
Dante se aproximó a la cabaña más pequeña, saco una llave y abrió la puerta.
- Esta es tu cabaña, no es grande, pero creo que tendrá lo suficiente para que estés cómoda. Al fondo del pasillo tienes una habitación, aquí tienes el baño y en el lado de allá tienes la cocina y el salón.
- Espera... ¿Me estás diciendo que esta cabaña es mía?
- Si, eso he dicho.
- Pero ¿Por qué? ¿A qué se debe todo esto? No entiendo nada, no te conozco, no os conozco, no sé qué estoy haciendo aquí - No podía dejar de salir de mi asombro, no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando, de porque actuaban así conmigo- Solo sé que me desperté tirada en el suelo, malherida y que me volví a desplomar. Y de repente aparecí aquí con Gertru, sin saber nada, ni entender nada.
- Hablas mucho y preguntas mucho.
- ¿Será porque quiero, necesito y exijo respuestas? - Estaba cansada de que nadie me dijera nada, le mire desafiándole - Estoy harta de que nadie me dé explicaciones, quiero que me contestes y quiero que sea ahora.
Dante no se esperaba que le plantara cara y me miro, pude notar que en sus ojos negros veía una chispa de ¿ilusión?
- Tranquila pequeña lobita, vamos poco a poco - Por un momento dejo a un lado su voz seria y autoritaria - Como te he dicho yo soy Dante, líder de la Aldea...
- Sí, Claro de Luna - Le interrumpí - ¿Puedes decirme algo que no me hayáis repetido treinta veces?
- Schhhh... no me interrumpas y escucha. Nuestra Aldea está limitada, mientras vigilaba las fronteras te encontré tirada en el suelo, semi inconsciente. Al principio pensé que serias un atacante, luego pude ver que no lo eras lobita. Te traje a la Aldea para que Gertru te cuidara y te pudieras recuperar. Has estado 4 días semi inconsciente, no ha estado bien, tuviste fiebres altas y llegamos a temer que no te recuperaras. Pero bueno aquí estas y podemos ver que al final no ha pasado nada - Hizo una pausa y continuo - Respecto a porque te despertaste allí tirada en el suelo, no te puedo dar respuestas, no sé qué pasaría antes, no sé si huías de alguien. Lo único que puedo decirte es que aquí estarás a salvo pase lo que pase, estas bajo mi protección.
- ¿Pero ¿cómo puedo saber quién soy? Necesito saber de dónde vengo, que me paso y porque aparecí aquí. No tengo recuerdos de absolutamente nada de antes del momento en el que desperté y lo único que sé es mi nombre.
- Tranquila lobita, si te quedas podremos averiguar las cosas poco a poco, yo te ayudare - En su mirada podía ver que lo decía enserio, que no mentía - Eso sí, también necesito que sepas una cosa. Estamos viviendo tiempos difíciles, si te quedas no podrás salir de los límites de la Aldea. De momento no puedo contarte más. Pero tienes que prometerme que si te quedas me harás caso y no saldrás.
Le miraba fijamente, no sabía que hacer ¿Me quedaba allí con unos auténticos desconocidos o huía? Una voz dentro de mí me decía que me quedara. Había algo de ese lugar que llamaba mi atención, que me decía que era mi tierra, que era de allí.
- Este bien, me quedare - Asentí finalmente - Acepto tus condiciones Dante. Prometo que no saldré de los límites de la Aldea. Y espero que puedas ayudarme a resolver todo como me has dicho.
- ¡Eso es estupendo lobita! - ¿Había sonreído? Si, si, si, estaba segura de que le había visto sonreír - Te ayudare, resolveremos las cosas. Te dejo tranquila para que te instales y conozcas tu cabaña. Si necesitas algo vivo en la cabaña de al lado.
En ese momento puso su mano sobre mi hombro y de repente algo parecido a un chispazo eléctrico recorrió todo mi cuerpo, seguido de una sensación de calor. Él también lo sintió, quito la mano y se la toco con la otra.
Me miró fijamente y me echo una sonrisa de lado.
- Adiós lobita.
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Claro de Luna
FantasyHace 27 años el oráculo del Bosque de los Siete Sabios hablo por primera vez después de siglos en silencio: "La primera niña nacida en Luna Nueva no será una hija de la Luna, ella tendrá su magia y su magia será la Luz en la Oscuridad. El fin llegar...